El Ministerio de Agricultura decidió elevar las medidas de prevención de la gripe aviar, para combatir el virulento brote está afrontando España, que ha llevado al sacrificio de más de 2,7 millones de gallinas desde julio.
La gripe aviar, como la de los humanos, es una enfermedad estacionaria. Tenía mayor incidencia en los meses de invierno, pero esto cambió en los últimos años y, de hecho, los primeros positivos de esta campaña llegaron a mediados del mes de julio. Desde entonces, en toda España se informó de 14 focos en explotaciones profesionales. La mitad se concentraron en la provincia de Valladolid, sonde se vieron afectadas dos macroexplotaciones con más de 700.000 aves cada una.
Galicia es una de las muchas comunidades que, hasta ahora, se han librado de casos en explotaciones profesionales. Aunque sí se han detectado positivos entre la fauna silvestre, porque es lugar de paso de muchas aves migratorias, que son las que contagian a la fauna local, como las gaviotas. Por eso hay once municipios en la considerada zona de especial riesgo, donde las gallinas llevan encerradas desde mediados del pasado mes de enero. Y, tras la decisión del Ministerio de Agricultura de incrementar el nivel de seguridad, otros 29 municipios ubicados en la zona de especial vigilancia tienen también que encerrar las gallinas, protegiéndolas del contagio con mallas especiales. «Vendemos tres quilómetros de rede [para gallineros] nunha hora», contaban en una ferretería de Vilagarcía.