Las estatuas del maestro Mateo que en su día formaron parte del pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago y que a mediados del siglo pasado acabaron en manos del dictador Francisco Franco han vuelto a Santiago. Los herederos de Franco las conservaban en el pazo de Meirás, pero el Tribunal Supremo sentenció en junio que debían restituírselas al Ayuntamiento. Las dos figuras, datadas en el siglo XII y que representan a dos profetas, fueron depositadas en el Museo do Pobo Galego, donde se expondrán desde el 11 de diciembre hasta que la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín (BNG), decida su ubicación definitiva.
Sanmartín espera que esta devolución abra «un camiño para que outros bens apropiados indebidamente pola familia Franco poidan ser restituídos aos seus lexítimos propietarios», y se refirió al pazo de Meirás, la casa Cornide y las pilas bautismales de Moraime.