El día que el euro acabó con las pesetas

ESCUELA

166,386 pesetas. Cuatro años más tarde, en 1999, se fijó el cambio a euros que refleja La Voz del 2 de enero.
166,386 pesetas. Cuatro años más tarde, en 1999, se fijó el cambio a euros que refleja La Voz del 2 de enero. captura

Hace 30 años un acuerdo firmado en Madrid fijaba el calendario para adoptar la nueva moneda

03 dic 2025 . Actualizado a las 15:41 h.

El calendario de diciembre de La Voz de la Escuela recuerda algo que hace 30 años cambió nuestras vidas, también las vuestras. «El euro será la única moneda de curso legal en la UE a partir del año 2002», decía la primera página del 16 de diciembre de 1995. Significaba que diríamos adiós a las pesetas, pero también que las pelas, los patacones, los reales y los duros, o pesos, pasarían a ser carne de numismática. Y así lo de que «nadie vende duros a cuatro pesetas» dejó de valer ni un duro en el mundo euro, aunque siga habiendo mucho pesetero y más gente que no tiene ni una perra, una moneda que había dejado de circular en los años cuarenta.

Antes del euro existía una especie de unidad monetaria de referencia que se llamó ecu (eropean currency unit), que servía para unificar el valor de cada una de las distintas monedas de lo que aún era la Comunidad Económica Europea y facilitar las relaciones comerciales de los miembros de la futura Unión Europea (La Voz, 26 de julio de 1978). No llegaron a circular los ecus como moneda de curso legal, aunque se acuñaron algunos conmemorativos para coleccionistas. Solo se usaron de forma virtual, como concepto económico.

El acuerdo de creación del euro se cerró en Madrid porque durante ese semestre España ejercía la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Además de acordarse su nombre, en esa cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del 16 de diciembre de 1995 se anunció el calendario de implantación. Primera parada: en 1998 se decidiría qué países de la Unión Europea que cumplieran las condiciones económicas exigidas formarían parte de la unión monetaria y por cuántos euros se convertiría, o cambiaría, la moneda de cada país, un cambio que sería definitivo. Los miembros de la UE que avanzaran a menor velocidad se incorporarían sucesivamente.

España en ese momento era un país de los de la segunda velocidad, por lo que para entrar en 1998 en el euro tendría que «ahorrar 400.000 millones [de pesetas] al año» (16/12/95). Poca cosa, según el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes (PSOE), pues con «15 pesetas de impuestos en la gasolina» estaría todo arreglado.

No sabemos si a base de gasolina o de otra forma, el caso es que España logró los llamados objetivos de convergencia económica en 1998, y el 31 de diciembre la peseta perdió su identidad, decía La Voz, es decir, que todas las grandes operaciones, por ejemplo, las de la bolsa, pasarían a hacerse solo en euros, pese a que aún no había monedas ni billetes como tales, sino que se seguía viviendo con duros y pesetas. Así los ciudadanos se irían acostumbrando a la nueva divisa. 

La tabla del 6

El 2 de enero de 1999 La Voz publicó el cambio de la nueva divisa: «1 euro = 166,386 pesetas», además de las «paridades» de las demás monedas nacionales, que se pueden consultar en la página 51 de ese día.

La otra noticia era que se empezaron a fabricar ya las nuevas monedas y billetes de euro, pero la gran preocupación de andar por casa era otra: ¿cuánto me va a costar ahora la barra de pan, los huevos, el café en el bar o un kilo de nécoras? O, dicho de otra forma, ¿cómo calculo yo cuántos céntimos de euro es una peseta o diez, cien o mil pesetas? Porque lo de andar dividiendo entre 166,386 parecía poco práctico. Ni con las calculadoras que regalaban en todas partes... Y entonces vino en nuestra ayuda la tabla del 6, que aprendimos por activa y por pasiva, al saber que 166,386 por 6 es igual a 998,316. ¡Esto está muy bien!: me voy al banco con 1.000 pesetas y me dan 6 euros: pierdo 1 peseta y casi 70 céntimos, pero no me rompo la cabeza.

A los que nacisteis después del euro ya no os importa, pero a quienes nos criamos con la peseta, creedlo, convertir los euros a pesetas nos sigue ayudando a comprender mejor el valor de lo que compramos. Por ejemplo, nos ayuda a entender que un mileurista no gana ni 200.000 pelas, que cuando se implantó el euro era un sueldo bastante chulo.

Esto, por cierto, ocurrió, según el calendario aprobado en 1995, en el 2002. El 1 de enero de ese año empezamos a cambiar nuestros billetes de mil pesetas por seis euros en los bancos, y a pagar en las tiendas con la nueva moneda, que sustituyó definitivamente a la peseta el 28 de febrero, aunque lo cierto es que durante algún tiempo aún seguían aceptando pagos con ella en algunos comercios.

De ecus a euros

Alemania no quería que la moneda se llamara ecu porque en francés significa ‘escudo' —Francia había tenido écus hacía siglos— y porque suena demasiado parecido a eine Kuh, que en alemán significa ‘una vaca'. 

ACTIVIDADES 

  • ¿Cuándo se constituyó la Comunidad Económica Europea? ¿Cuándo se convirtió en Unión Europea? En qué ciudades se firmaron los tratados fundacionales de cada organización y en qué años?
  • ¿Cómo se llama la moneda europea en los países de la UE? ¿Hay variaciones? ¿Y en los idiomas en los que el plural cambia la terminación?
  • ¿Cuántos euros son los 400.000 millones de pesetas del ministro Solbes?
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Para saber más

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