La muerte de Groucho Marx, aunque era esperada, sumió a los buenos aficionados al cine en un ambiente de tristeza y nostalgia. Desaparecía una figura irrepetible, el líder de unos hermanos que se especializaron en una especie de humor surrealista y agresivo. ¿Dónde está el Oeste?, preguntaba Groucho en una de sus películas. Tras señalárselo con la mano, dio media vuelta y dijo: «Pues yo me voy para el Este». En la misma película, surgió aquella de «Más madera, esto es la guerra». Otra frase que le caracterizó fue la de «yo no sería un miembro de un club que me admitiese como socio». No menos significativa fue: «Yo soy marxista, en el buen sentido de la palabra, claro». Groucho y sus hermanos encarnaron el sentido anárquico del sin sentido oral. Groucho era el vendaval verborréico, mientras que Harpo era la mudez absoluta, que tenía que valerse del gesto para provocar lacarcajada del espectador. El otro hermano, Chico, era el aprovechado del grupo.