La organización retenía sus pasaportes como coacción

La Voz

ESPAÑA

21 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

A La minuciosa investigación llevada a cabo a permitido desbaratar el modus operandi de la banda. Dos miembros de la red establecidos en China captaban a posibles víctimas entre los estratos más desfavorecidos de la sociedad mostrándoles la supuesta idílica vida que se disfruta en Europa occidental y Estados Unidos. Lo novedoso de esta organización es que ahora la captación se hacía en la zona de Shanghai, cuando anteriormente esta actividad se desarrollaba en la región de Zhejiang. Para obtener los documentos falsos necesarios y los billetes, cada inmigrante debía pagar 5.154 euros, tras lo cual se les proporcionaban un visado C como turistas, además de falsas contrataciones y alojamientos en hoteles. Con estos documentos y a través de distintos países llegaban a sus destinos en Italia, Francia, Portugal, Suiza, Alemania, España y Estados Unidos, donde de nuevo debían desembolsar una cantidad de dinero, en este caso 2.061 euros, que se utilizaría para conseguirles permisos de trabajo y residencia. Como medida coactiva, la organización le retenía a sus víctimas los pasaportes, una práctica habitual en este tipo de organizaciones mafiosas, indican las fuentes. Además, los contratos de trabajo, certificados médicos, empadronamientos o billetes de avión y tren que la red delictiva facilitaba a los inmigrantes chinos para regularizar su situación en España eran falsos. En el curso de la operación policial se ha registrado el inmueble de la cabecilla del grupo, situado en la calle de Conchita Puig, en la localidad de Alcorcón, donde los agentes descubrieron a una inmigrante. Según las investigaciones, este piso era utilizado para albergar a los recién llegados hasta que eran trasladados a centros de trabajo, la mayoría de comida china propiedad de los miembros de la organización. La Policía registró, además, un inmueble en la calle de Montecarlo, en Móstoles, donde tres personas trabajaban de forma ilegal, y otro en la calle de la Osa Mayor, en el que se encontraba un empleado sin documentación y en cuyo piso superior había una vivienda utilizada para alojar inmigrantes. También se registró una agencia de viajes, propiedad del detenido Haoyin J., acusado de proporcionar recibos de pagos de viajes y alojamientos ficticios para obtener visados de turistas, documentos que también mostraban los inmigrantes en los pasos de frontera con objeto de acreditar que no eran ilegales. Del análisis de la documentación intervenida, los investigadores han determinado que las rutas de la organización, que finalizaban en Europa Occidental o Estados Unidos eran: 1) China, Tailandia, Japón. 2) China, Mongolia, República Checa. 3) China, Hong Kong, República Checa. 4) China, Tailandia, Guinea Ecuatorial, paso del Estrecho, y 5) China, Tailandia, Panamá. La organización internacional desarticulada ha introducido en España al menos a cien inmigrantes, a quienes cobró 7.200 euros a cada uno. EFE