Crónica política
04 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Los socavones son geológicos cerca de la línea del nuevo AVE Madrid-Lérida y son socavones de corruptelas en Marbella y en Madrid con el trasfondo de las elecciones autonómicas repetidas. Pero producen pequeños seísmos políticos. «El AVE no es totalmente seguro. Mientras el peligro persista ni mi familia ni yo viajaremos en ese tren», dice el presidente de los geólogos de Aragón, Joaquín Lahoz. La Generalitat ha pedido razonablemente una auditoría técnica y el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, hombre sensato, sostiene: «Ya que llevamos un año de retraso, más vale esperar algunos días a la inauguración y asegurarse de que todo está correcto». Pero menudo es el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, para aceptar alguna modificación de sus planes. Su tozudez -«altanería», según el PSOE- es hasta cierto punto comprensible. Nunca ha habido más accidentes de tren en este país ni más catástrofes sectoriales, pero Aznar habló de él como «el mejor ministro de Fomento de la historia de España». El fin de semana que el Prestige ya arruinaba las costas gallegas, se marchó a cazar y al siguiente, a esquiar, tomando decisiones que algunos técnicos entendieron como irresponsables. Después Fraga le impuso la Medalla de Oro de Galicia para expresarle «la gratitud del pueblo gallego». Acostumbras a algunos políticos de corte autoritario a esos homenajes, aunque generen rechifla popular, y cualquiera les convence después de que el suelo de limos yesíferos sobre los que se asienta parte del trazado del AVE puede suponer un peligro. Lo grave es lo que pueda pasar si se lanzan miles de toneladas de hierro a 300 kilómetros por hora con 400 personas dentro, sobre un suelo inestable a tramos. De momento la desconfianza entre los viajeros es manifiesta. El viernes se formó una tertulia improvisada en el AVE Sevilla-Madrid de las 19 horas. Un par de pasajeros empezó a hablar de lo seguro que viajan en el AVE andaluz y anunciaban que no se subirán en el de Cascos ni gratis. Se fue sumando gente al corrillo y la escena resultó una especie de focus group de viajeros temerosos del nuevo AVE. La estafa marbellí Entretanto, El Mundo denuncia que la moción de censura que derribó al alcalde Julián Muñoz fue instigada por un millonario británico afincado en Marbella desde hace 25 años, que huía de la acusación de Scotland Yard por estafa. Posee varios millones de metros cuadrados de terreno en aquella costa y movió los hilos para poder unir a Gil, la actual alcaldesa, Marisol Yagüe, la ex edil del PSOE Isabel García Marcos y el concejal del Partido Andalucista Carlos Fernández. «El caso de García Marcos es resultado del despecho tras una actitud casi heroica, resistiendo vejaciones de Gil sin lograr el reconocimiento de la ciudadanía a esa valentía, y finalmente una decisión personal de mirar por lo suyo propio y abandonar los principios», declara Francisco Vallejo a La Voz. Según este miembro del Gobierno Chaves (ahora consejero de Salud), Muñoz difícilmente pasará apuros económicos porque en su breve mandato se cuidó de recalificar suelo para setenta mil nuevas viviendas. La Junta de Andalucía tiene que aprobar todavía un nuevo plan urbanístico marbellí. Pero hay constructores que van a hechos consumados. «Si se tuviera que aplicar la ley a rajatabla -sostiene Vallejo- habría que tirar casi media Marbella». La revelación sobre la mano negra que remodeló el consistorio de Marbella concede crédito a la existencia en Madrid de un comando político-inmobiliario que ha forzado la repetición de elecciones mediante alianza estratégica a tres: propietarios de suelo, dos tránsfugas alojados en las listas del PSOE y el secretario del PP en Madrid. Una cosa es que no se haya podido probar hasta el final esa alianza y otra muy distinta, la convicción del electorado de que esos dos diputados, que por cierto se presentan a las elecciones con su partido Nuevo Socialismo para seguir enredando, no eran sólo dos ovejas descarriadas. La gran incógnita es cómo votará la gente en Madrid el día 26. El PP maneja una encuesta que le da la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre, lo cual es probable; el PSOE, según Chaves, maneja otra por la que la lista de Rafael Simancas sube un diputado. Y ambas cosas hasta podrían ser ciertas a condición de que bajara Izquierda Unida. Cuando las situaciones son tan raras, y ésta sin duda lo es, los resultados pueden ser estrambóticos. Pero, de momento, Ricardo Romero de Tejada, ya ha sido reelegido consejero de Caja Madrid con el apoyo de CC.OO. de Madrid. Entretanto, ante la sede popular madrileña se congregaron ayer manifestantes de Antena 3 TV que denunciaban los centenares de despidos y la malversación de los recursos de la cadena por parte de los gestores de Telefónica: «Venga, Buruaga, devuélvenos la pasta», gritaban los manifestantes. No se ha podido probar documentalmente que la indemnización de Buruaga se acercara a los mil millones de pesetas, dos aproximadamente por despedido. Pero sí ha podido saber La Voz que el nuevo propietario, José Manuel Lara, que está soportando estoicamente la erosión de imagen que le producen a Planeta estos despidos, confió a un político catalán que esa indemnización se negaba a pagarla desde Antena 3 y la remitía a Telefónica, dado que ese abusivo contrato no pasó por el consejo de administración.