Grabaciones anónimas revelan que vigilantes del metro de Madrid agredieron en los pasillos a dos pasajeros
ESPAÑA
La conducta de los vigilantes del metro de Madrid ha vuelto a levantar polémica. En esta ocasión fueron dos grabaciones aparecidas en Internet las que sacaron a la luz otras tantas agresiones por parte de guardas a viajeros de este medio de transporte, que en ambos casos parecen ser inmigrantes.
El primero de los vídeos, posiblemente grabado con un teléfono móvil y que dura unos dos minutos, muestra a un grupo de guardias de seguridad de la empresa Prosegur acosando a un viajero por no llevar billete. «Vamos Nelson. ¿Tienes billete? No hay billete», dice uno de los vigilantes, que insiste: «¡El billete! ¡Dame el billete!», momento en el que le da un guantazo. El agresor habla de nuevo: «Estamos perdiendo tiempo y dinero, el billete, el billete...». Segundos después se oye a otro compañero, que dice: «Oye, venga, déjalo ahí..», y mientras el viajero busca algo en unos papeles que lleva, recibe un nuevo golpe en la cara por parte del primer vigilante, que le hace caer al suelo. Posteriormente, y tras nuevas amenazas, recibe una patada en el estómago, que provoca la risa y más insultos de los guardas.
En el segundo de los vídeos, de 27 segundos de duración, es solo un vigilante el que agrede con varios golpes en la cabeza a un hombre vestido con una camiseta naranja, en uno de los pasillos del suburbano.
Tanto la empresa Metro de Madrid como Prosegur negaron tener constancia de esos hechos, y ambas empresas afirmaron que abrirán una investigación. También aseguraron que las miles de cámaras que controlan las instalaciones no registraron ninguna de las dos agresiones.
Sin embargo, el gerente de seguridad de Metro, Javier García, dijo ayer que los tres vigilantes que trataban de forma agresiva a los usuarios fueron despedidos de su trabajo en el suburbano y dados de baja en la empresa de seguridad para la que trabajaban. También aclaró que los vídeos llegaron a Prosegur en agosto de forma anónima, y que después fueron enviados a Metro de Madrid.
Colectivos de inmigrantes condenaron las agresiones y calificaron de racistas a los guardas que protagonizaron los ataques.