La ruptura del pacto entre el Partido Popular y Unión del Pueblo Navarro (UPN), vigente desde 1991, puede ser cuestión de días. La ejecutiva de la formación que representa al PP en la comunidad foral consumó ayer el órdago lanzado a la dirección de los populares y decidió que sus dos diputados en el Congreso se abstengan en la votación de la enmienda a la totalidad de los Presupuestos. Es decir, que UPN no vote junto al PP el rechazo a las cuentas públicas presentadas por el Gobierno de Zapatero. El presidente navarro y máximo dirigente de UPN, Miguel Sanz, cumplió así lo que ya adelantó el jueves a Mariano Rajoy en un almuerzo en Madrid. Al cierre de esta edición, el consejo político de UPN debatía si apoyaba o no lo decidido por la ejecutiva en una votación que se presentaba más reñida debido a la presencia en ese órgano de numerosos críticos con Sanz.
La decisión de UPN supone en la práctica la ruptura del pacto que mantiene con el PP, ya que Rajoy advirtió públicamente que, en caso de que UPN se abstuviera, el acuerdo estaría acabado. Sin embargo, Rajoy quiere dar todavía una oportunidad para que la crisis se reconduzca y por ello no considerará consumada la que considera una «traición» de UPN hasta que el voto discordante con el PP se produzca en la votación de los Presupuestos durante el debate que comenzará el próximo día 21.
Los miembros de la ejecutiva de UPN optaron por mantener la postura de la abstención que garantiza la estabilidad al Gobierno de Miguel Sanz. Los socialistas, que permitieron con su voto la aprobación de los Presupuestos de la comunidad foral, habían advertido a los conservadores navarros de que si votaban en contra de las cuentas públicas del Estado la estabilidad de su Ejecutivo se vería amenazada.
Voto irrelevante
En su última conversación del pasado jueves, Rajoy había ofrecido a Sanz la posibilidad de que UPN votara en contra de algunas enmiendas parciales en el Congreso para escenificar así su independencia respecto al PP. Pero le advirtió de que un voto en contra de la enmienda previa a la totalidad que presentará el PP supondría la ruptura.
La posición que mantengan los dos diputados de UPN es irrelevante porque el PSOE necesita el apoyo de al menos siete diputados. De hecho, uno de los dos representantes de UPN en el Congreso, Santiago Cervera, anunció que votaría a favor del PP al margen de lo que decida su partido. De llevar hasta el final esa postura, sería él quien podría tener problemas con la dirección de los regionalistas navarros y probablemente supusiera su expulsión.