Las compañías aéreas condenan la huelga de pilotos de Iberia y apelan a su responsabilidad

Agencias

ESPAÑA

09 ene 2009 . Actualizado a las 13:27 h.

Las asociaciones de compañías aéreas ALA y Aceta condenaron ayer enérgicamente la supuesta huelga de celo de los pilotos de Iberia y apelaron a su responsabilidad para que eviten esta actuación extrema que daña tanto a los pasajeros como a la imagen del sector y a todos sus trabajadores.

Además, ALA hizo el mismo llamamiento a los controladores aéreos que están secundando otro conflicto, que, como el de los pilotos de Iberia, produjo durante los últimos días un deterioro generalizado de la actividad de los aeropuertos españoles, con una grave incidencia sobre los clientes de las compañías aéreas y sus costes operativos.

En su opinión, en estos momentos de crisis económica, cuando el sector aéreo es uno de los más afectados, es «absurdo» llegar a situaciones como las que se están viviendo en los aeropuertos españoles, donde dos colectivos de trabajadores están provocando «graves alteraciones de la actividad y pérdidas millonarias».

Aceta ha advertido de que una huelga de la envergadura de la que secundan los pilotos de Iberia en pleno período vacacional tiene «graves consecuencias en el sector turístico y el conjunto del transporte aéreo», además de atentar directamente contra el valor de la compañía, deteriorar su imagen y comprometer su futuro.

Suma y sigue

El conflicto abierto entre Iberia y sus pilotos ya dura más de un mes y no tiene visos de acabar pronto. Ayer, víspera de una nueva reunión entre ambas partes para tratar de desbloquear la situación, la compañía aérea canceló 41 vuelos (4 de ellos en Vigo) y registró un 62% de retrasos en aquellos que pudieron despegar.

Detrás de tan funestas estadísticas, que tienen su peor cara en el aeropuerto de Barajas, se encuentra la supuesta huelga de celo de los comandantes. Un extremo que estos niegan de plano y atribuyen a una mala planificación de la empresa y a la falta de pilotos.

El conflicto, que ya ha afectado a más de un millón de pasajeros, se complica de forma notable, pues el resto de sindicatos (personal de tierra y tripulantes de cabina de pasajeros) comienza a perder la paciencia, al encontrase sus afiliados expuestos sin motivo al enfado de los viajeros. En una nueva vuelta de tuerca, los pilotos han optado ahora por afinar el mantenimiento de los aviones.

En los últimos días, los comandantes han requerido de forma tan intensa como inusual la presencia de los técnicos. Visitas que en la mayoría de los casos terminan sin ninguna salvedad importante, pero que dejan los aparatos en tierra el tiempo justo para frenar todo el sistema aéreo.