Es uno de los sabores que antes se incorporaron a este snack, disponible en cualquier supermercado y uno de los favoritos de los consumidores. Tras un estudio sobre los aditivos que incorpora, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria pone fecha de caducidad a su presencia en los lineales (aunque los fabricantes tienen un plazo para rehacer la fórmula)
31 jul 2024 . Actualizado a las 13:43 h.En su versión ondulada, las patatas fritas «de bolsa» sabor jamón figuran como uno de los aperitivos más consumidos en muchos hogares. Una reunión con amigos, un partido de fútbol, un manta + Netflix acompañado de un bol con ellas es un plan tan recurrente a veces como rico. Evidentemente, por su alto contenido en grasas y aporte calórico ya estaba recomendada una ingesta puntual y moderada de este delicioso snack. Pero ahora, tras un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la UE prohibirá su venta en menos de año. Se prevé que en la primavera de 2025 este popular producto, que estaba literalmente «para chuparse los dedos», sea ya muy difícil de encontrar en los lineales si no se elabora de una manera diferente. La decisión del organismo europeo se fundamenta en evidencias científicas que demuestran que ocho aditivos de aroma ahumado empleados actualmente en diferentes elaboraciones, incluidas estas patatas, conllevan riesgos para la salud. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) determinó que esas sustancias son capaces de dañar el material genético de los consumidores, multiplicando así la posibilidad de sufrir enfermedades graves, entre ellas el cáncer.
El ahumado artificial, en el punto de mira
El ahumado tradicional no solo es capaz de potenciar el sabor de los alimentos, sino que también facilita su conservación durante más tiempo. Pero no ocurre lo mismo con los aditivos artificiales y químicos, obtenidos por la pirólisis de la madera para imitar ese sabor. Son precisamente estos aromatizantes sintéticos los que ahora deben erradicarse de los procesos de fabricación. Entre ellos figura el que es capaz de dotar a las patatas fritas del característico sabor a jamón.
No solo están afectadas las patatas fritas
La nueva normativa elaborada por la UE recoge cuáles son los ocho aditivos problemáticos, que ya no podrán seguir empleándose. Aunque son snacks salados como las patatas los más afectados, estos aditivos con sabor ahumado también están presentes en algunas salsas, como la barbacoa y productos listos para consumir como determinadas sopas «de sobre». Productos cárnicos como salchichas o bacon también recurrían a ellos como potenciadores de sabor. Además, la erradicación de los ocho aditivos considerados dañinos para la salud conllevará cambios en los procesos de elaboración de jamones, embutidos y algunos quesos y pescados. Productos ahumados tradicionales, como el salmón ahumado o quesos como el de San Simón o Idiazábal no están afectados, pues se emplea en ellos humo creado naturalmente.
Cuándo entra en vigor y cómo identificar los productos afectados
Aunque el nuevo reglamento aprobado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estará en vigor ya la próxima primavera, la industria dispone de un plazo mayor para adaptar sus procesos. Así, está previsto que las patatas fritas sabor jamón y otros productos afectados están aún disponibles con sus actuales elaboraciones más allá del 2025. El plazo máximo para buscar alternativas es de 5 años, estando prohibidos por completo estos ingredientes en el año 2030.
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Te dejamos la lista para encontarlos en las etiquetas. Puedes buscarlos también por su código identificativo, que facilitamos a continuación:
- ProFragus SmokeR714 (SF-001)
- Zesti Smoke Code 10 (SF-002)
- Concentrado de humo (SF-003)
- Scansmoke SEF525 (SF-004)
- SmoKEz C-10 (SF-005)
- SmokEz Enviro-23 (SF-006)
- ProFagus SmokeR709 (SF-008)
- Fumokomp (SF-009)
El reto ahora para la industria es conseguir en el medio plazo, sin emplear estos aditivos artificiales, un sabor igual o mejor si quiere mantener los productos anteriormente mencionados a la venta.
Reacciones en redes
Los consumidores se han hecho eco de la noticia en las redes sociales, confirmándose que comer patatas fritas sabor jamón era un capricho que muchos se otorgaban. Reina el humor y la ironía.
Pero al mismo tiempo, en otros casos, son muchos los comentarios que se refieren al plazo máximo con el que los fabricantes cuentan para suprimir los aditivos y encontrar otra forma más saludable de crear estos sabores. ¿Si un estudio ha confirmado su toxicidad, por qué dispone la industria de hasta cinco años para eliminarlos?, se preguntan algunos.