El ex ministro Jordi Sevilla abandona la política y ficha por una consultora

Ivannia Salazar

ESPAÑA

Se había ido distanciando de Zapatero

07 sep 2009 . Actualizado a las 17:26 h.

Después de 25 años en el sector público y entregado a la vida política, el socialista Jordi Sevilla anunció ayer en su blog su renuncia al escaño parlamentario y su incorporación al sector privado. «Inicio una nueva etapa vital y profesional. Se trata de una opción estrictamente personal, largamente meditada», indica Sevilla en una entrada titulada «Punto y aparte». Al mismo tiempo, la consultora PricewaterhouseCoopers informó de su incorporación a la empresa como «asesor de alto nivel» en todas las áreas relacionadas con el sector de las Administraciones públicas.

Pero el anuncio no sorprende. Desde que en el 2007 el presidente José Luis Rodríguez Zapatero lo sustituyera por Elena Salgado en el puesto que ocupó durante tres años como ministro de Administraciones Públicas, y de que dejara de formar parte de las negociaciones del Estatuto de Cataluña, con el que fue muy crítico, Sevilla fue asumiendo un perfil cada vez más bajo dentro del partido. El año pasado anunció que no optaría a dirigir el Partido Socialista valenciano y que tampoco sería candidato a la presidencia de la Generalitat valenciana. Sin embargo, este economista nacido en 1956 deja una puerta abierta para no desaparecer totalmente de la esfera pública. «Quiero hacer compatible el paso que doy con mi deseo de seguir estando presente en la vida pública», afirma.

Discrepancias

La renuncia de Sevilla se produce tras unos meses en los que no ha ocultado sus discrepancias con el Gobierno. En mayo arremetió contra los «brotes verdes» pronosticados por Elena Salgado y criticó las medidas anticrisis anunciadas por el jefe del Ejecutivo en el Congreso, a pesar de que en una entrevista con La Voz publicada el 5 de julio afirmó que «en este momento en el hemiciclo de las Cortes no se sienta ningún político que sepa más de política económica que el presidente del Gobierno».

Ese mismo mes aseveró que el papel de los ministros es menor «porque todo tiene que pasar por la mesa del presidente», y dejó claro que no volvería a ocupar un cargo en un Gobierno de Zapatero porque «lo más importante de mi carrera política está en el pasado». También acusó al Gobierno de «haber utilizado la ruptura del diálogo social para lanzar una campaña contra los empresarios «malignos», tras la que pretende fortalecer sus apoyos electorales mermados por la crisis».

Aunque ayer La Voz contactó con Sevilla, por el momento no quiso hacer declaraciones respecto a su renuncia.