«Los incontrolados han estado campando a sus anchas, con la permisividad de la policía marroquí»

J. C. MELILLA/LA VOZ.

ESPAÑA

28 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente de la ciudad autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, lleva dos semanas en el ojo del huracán. No parece nada afectado. Me recibe tras atender a una ex de Operación Triunfo .

-¿Qué pasa en la frontera?

-Pues que desde hace unos meses se han concentrado una serie de elementos incontrolados, hasta una veintena, que han estado provocando incidentes. Es un grupo que está manejado por dos personas, una de ellas que se dice pomposamente presidente de la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos. Pero aquí los conocemos bien. Yo creo que encajarían perfectamente entre los personajes de la picaresca del Siglo de Oro.

-¿Cómo diría que se ha generado esta última crisis?

-Alguna vez ya cortaron el paso de mercancías a la ciudad, fundamentalmente el pescado. Pero yo diría que las cosas se agravaron hace una temporada, cuando una delegación con mandos de la Policía, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria fue agredida cuando estaba en territorio marroquí para reunirse con una delegación de ese país. Las instrucciones que recibimos fue de que no trascendiera nada. Y se han envalentonado.

-Pero luego vinieron las quejas de Marruecos...

-Sí, cinco en veinte días. Según ellos por vejaciones de la policía. Pero todo esto ha ido creciendo porque no se cortó en su momento. Así que estos incontrolados han estado campando a sus anchas. Con la permisividad de la policía marroquí, claro. De manera que las vejaciones y las agresiones han ido creciendo, en mayor abundamiento con las policías femeninas.

-Después de todo este movimiento político, la policía dice que el problema ha desaparecido ¿Da el asunto por cerrado definitivamente?

-A mí me gustaría que sí. Pero lo que no sé es si la solución es definitiva o provisionalmente definitiva.

-¿Se han sentido desamparados durante estas semanas?

-Yo diría que quienes se han sentido desamparados han sido las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. La ciudad lo ha vivido normalmente. Si la amenaza es que no entrará pescado, verduras o áridos, eso es una incomodidad. El problema es para la policía, a la que Marruecos ha llamado racista.

-Pero sí se han quejado de que Rubalcaba no visitara la ciudad.

-Más que un desamparo eso es un error político del Gobierno, que no ha hecho valer sus derechos. El Gobierno dijo que la visita de Aznar era una provocación; el mismo Gobierno que había dado una consigna de silencio con el incidente de la delegación agredida. Por eso creo que hemos perdido una batalla política con Marruecos; porque si es una provocación visitar Melilla, eso significa que esta ciudad tiene unas condiciones excepcionales.

-Desde luego, es una ciudad singular. ¿Cree que se les entiende desde la Península?

-¿Y por qué no? Aquí entendemos que en Galicia haya un Gobierno que ha querido imponer un idioma o que existiera una relación especial con Portugal y no solo en Galicia sino ten toda la franja fronteriza, donde se hicieron muchísimos negocios, digamos, sin vigilancia impositiva. Ahora somos países de la Unión Europea y eso ya no ocurre. Pues bien, eso es lo que tiene que pasar aquí.