El príncipe presidió ayer, en presencia de los familiares, los funerales de los dos militares muertos el domingo
29 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Los soldados Rubén Velázquez Herrera, Jhony Alirio Herrera Trejos y Roi Villa Souto, este último gallego, heridos el domingo en el atentado de Afganistán que causó la muerte a otros dos militares, ingresaron ayer en el Hospital Militar Gómez Ulla, de Madrid, según informaron fuentes del Ministerio de Defensa. Un Boeing 707 con equipos médicos trasladó a los tres heridos desde Herat hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz.
Mientras tanto, en Madrid, el príncipe de Asturias presidía el funeral por el sargento Manuel Argudín y la soldado Niyireth Pineda. La ceremonia se celebró en el cuartel de la Isleta, en Gran Canaria, y al acto asistieron, entre otros, la ministra de Defensa, Carme Chacón; el presidente de Canarias, Paulino Rivero; los máximos jefes militares, y el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero.
Durante la ceremonia, el príncipe, vestido con uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra, depositó sobre los féretros cubiertos con la bandera de España la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, que se concede a los soldados muertos en el exterior en acciones violentas. Esta concesión conlleva una partida de 140.000 euros para los familiares.
Los momentos más emotivos se produjeron cuando los allegados no pudieron contener la emoción al escuchar los acordes de La muerte no es el final. Entre ellos se encontraba el hijo de 9 años de Niyireth Pineda, que recibió con entereza la medalla concedida a su madre, nacida en Colombia hace 31 años.
El funeral fue oficiado por el arzobispo castrense Juan del Río, que destacó que ambos murieron cuando defendían un mundo basado en el respeto y el derecho, pero se encontraron «con quienes han hecho del pánico y el terror su forma de vida». Y se preguntó: «¿Qué precio tiene la libertad?».