El juez rechaza investigar la actuación de la Casa Real en el caso Urdangarin
ESPAÑA
Está convencido de que el duque no tuvo una función decorativa en Nóos
15 mar 2012 . Actualizado a las 07:02 h.No habrá una causa general contra la Casa Real por el caso Urdangarin por mucho que la actuación de la Zarzuela en este asunto despierte la «curiosidad» de la ciudadanía. Tampoco la Justicia va a investigar qué sabía la Jefatura del Estado sobre los turbios negocios del duque ni cuál fue su intervención exacta cuando en el 2006 le ordenó desvincularse de Nóos. El juez José Castro no quiere que su sumario se convierta en arma arrojadiza contra la monarquía por intereses espurios o por morbo. Rechazó así de plano el intento del seudosindicato ultraderechista Manos Limpias, o las futuras maniobras de las «partes personadas» en la llamada pieza 25 del caso Palma Arena, por llevar la causa a lo que él entiende que son derroteros ajenos a la posible responsabilidad penal de Iñaki Urdangarin.
Castro, que ya desestimó la petición de imputar a la infanta Cristina por entender que no hay indicios de que estuviera al tanto de los negocios de su marido, lanzó un aviso a navegantes. El objeto de la instrucción es la «investigación de hechos de trascendencia penal» y «no de aquellos que, sin tenerla, sirvan exclusivamente a intereses mediáticos» o al «favorecimiento hacia actitudes políticas» -que el juez no especifica- o «simplemente para satisfacer la curiosidad». Así, reconoce que estas «pretensiones son comprensibles y merecedoras de todo el respeto», pero no en su juzgado y no con su sumario.
Dicho ello, el instructor se muestra resignado y admite que habrá más «datos» morbosos sobre la Casa Real que acabarán «por acceder a la causa» pero si así ocurre lo será de «manera incidental» y no porque él «haya desplegado una actividad procesal» para indagar sobre la actuación de la Zarzuela. En esa línea, deja claro que conocer «en concreto» cuáles fueron los «supuestos consejos o instrucciones» que don Juan Carlos dio a Urdangarin cuando se hicieron públicas las primeras denuncias sobre sus presuntos pelotazos no tiene «ninguna trascendencia penal». Aunque el exdeportista hubiera ignorado el aviso, «ningún reproche penal cabría hacerle» pues las «repercusiones» de la supuesta desobediencia a su suegro son «ajenas al orden jurisdiccional». Con tal argumento rechaza, eso sí, «por el momento», la petición de que se interrogue como testigo a José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao, asesor que envió el rey a reconducir a Urdangarin. Razonamiento similar usa para desestimar «también por el momento» la declaración de Carlos García Revenga, secretario personal de la infanta.
Castro no cree al yerno del rey
Con igual énfasis, Castro avisa de forma velada a Urdangarin de que su táctica de echar balones fuera durante el interrogatorio y de culpar a su exsocio Diego Torres de todo no le merece credibilidad. En el auto, en el que en principio el instructor no tenía por qué hacer valoraciones, asegura que hay «sobrados indicios» de que el duque siguió unido a Torres y su entramado cuando la Zarzuela le ordenó dejar Nóos. «Todo apunta a que tal desvinculación no se produjo». Castro considera además inverosímil que fuese un mero asesor deportivo y de patrocinios, ajeno por completo al día a día de las cuentas, las maniobras contables y la gerencia. El magistrado, dice, se apoya en las numerosas declaraciones que apuntan a que el duque dirigía al alimón con su socio el Instituto Nóos y las empresa satélites que de él se abastecían.
Para el juez, es evidente que el yerno del rey estaba «al mismo nivel» que Torres y que era «rector» de la organización. Un organigrama, anota el juez Castro, que ratifica «la documentación intervenida» en los últimos meses por la Policía Judicial.