El viaje del rey a Botsuana para cazar elefantes en una semana nefasta para España, atacada por los mercados, con la prima de riesgo por las nubes, la bolsa hundida, un conflicto abierto con Argentina que ha acabado con la expropiación de YPF y las peores predicciones para nuestra economía en la prensa extranjera, ha entrado de lleno en la agenda política. Incluso ha reabierto el debate sobre la razón de ser de la propia monarquía, ha herido de muerte el pacto de silencio en torno al rey y ha puesto encima de la mesa el espinoso asunto de la abdicación.
El barómetro del CIS de octubre fue una clara señal de alarma para la Zarzuela. Por primera vez, los ciudadanos suspendían a la monarquía. Después, la irrupción del caso Urdangarin empeoró aún más las cosas. En un tono menor, el accidente de Felipe Juan Froilán, que se disparó un tiro en el pie con una escopeta en presencia de su padre, añadió más leña al fuego. Entre otras cosas por las tres versiones que se han dado del suceso: mientras cazaba (la reina), cuando hacía prácticas de tiro (Casa Real) y al limpiar el arma (Marichalar).
Pero el viaje al lejano país africano, que solo se ha conocido por la rotura de la cadera del rey, ha generado un aluvión de descalificaciones, hasta el punto de que la institución y quien la encarna han caído al nivel más bajo de popularidad de todo el reinado. Fuentes próximas a la Zarzuela trasladan que don Juan Carlos es plenamente consciente del nivel de las críticas a su comportamiento, que han traspasado nuestras fronteras y se han reflejado en la prensa más prestigiosa de todo el mundo.
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En este contexto, el PP ha optado por la defensa pública a ultranza del monarca, aunque en privado sus dirigentes son críticos y están preocupados por el desgaste que está sufriendo la institución, lo que significa echar aún más leña al incendio de la crisis. Por su parte, los socialistas han virado desde la posición de no comentar su agenda privada a la petición de excusas públicas. Hasta en esto discrepan. El monarca medita su reacción en el hospital, donde ve la televisión y lee la prensa.