Se distancia del promotor de la macrofiesta, amigo suyo, y pide que se le castigue si se prueba que vendió entradas de más
04 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La comisión de investigación del Madrid Arena vivió ayer una jornada clave por los nombres de los comparecientes, pero lejos de arrojar luz dejó sombras y ninguna asunción de responsabilidad política, con la excepción de Pedro Calvo, el exedil de seguridad que dimitió tras conocer su imputación. Ante la consabida ausencia de la alcaldesa, Ana Botella, la presencia más esperada era la de su número dos, Miguel Ángel Villanueva. El vicealcalde asistió a petición propia y, más que aclarar las dudas que planteó la oposición, hizo una encendida defensa de su persona, en el centro de la diana por su relación de amistad con el promotor de la macrofiesta, Miguel Ángel Flores. Cargado de papeles sobre contratos y sus rentas personales, Villanueva desmintió las «insinuaciones» sobre un trato de favor a Flores y aseguró que desde sus áreas de responsabilidad durante estos años en Economía y Hacienda «jamás» aprobó adjudicaciones a Diviertt o a sus otras empresas. El vicealcalde se distanció de su «conocido» -así confesó que ese era su grado de relación con Flores- al señalar que «si ha hecho algo mal que caiga sobre él todo el peso de la ley», si se prueba que, «con ánimo de lucrarse, vendió cientos de entradas por encima de las permitidas».
«Voracidad»
La otra presencia con morbo era la de Pedro Calvo. El exconcejal de seguridad aseguró que la causa de la tragedia fue la «voracidad económica de quienes, despreciando la vida humana, infringieron la ley». Calvo, que mantiene su nómina de edil, puso el acento en la responsabilidad del organizador por superar el aforo, lo que generó un riesgo desencadenante de la muerte de las cinco jóvenes, «con enorme desapego del dolor ajeno».
El también expresidente de Madridec, la empresa pública que contrató con Diviertt, hizo hincapié en varias ocasiones en que su cargo no era ejecutivo para negarse a responder al supuesto trato de favor a Flores. No obstante, Calvo recordó que su «difícil» posición lo llevo a dejar el cargo por respeto a las víctimas y para poder defenderse en los juzgados.
La edila de Emergencias, Fátima Núñez, dijo que «la policía local no era la encargada de controlar el evento, sino la seguridad privada», y que la policía, en su informe, catalogó la fiesta como de «riesgo medio» por los 7.000 asistentes previstos.