Disensiones por el aborto, tensiones internas y fugas por la derecha

e. c. madrid / la voz

ESPAÑA

06 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La restrictiva reforma de la ley del aborto de Gallardón ha provocado una importante división interna en el PP. La lista de críticos empieza a ser larga y preocupa en la Moncloa y Génova, 13: Monago, Feijoo, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, los dirigentes vascos Borja Sémper e Iñaki Oyarzábal, el número dos de Nuevas Generaciones, Javier Dorado, y varios alcaldes. Ante las demandas de que se vote en conciencia, la dirección del PP ha tenido que llamar al orden a los disidentes recordándoles que tienen la obligación de defender el programa electoral popular.

Más allá de este importante desencuentro puntual, la gestión de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, del caso Bárcenas, con su explicación de la indemnización en diferido en forma de simulación, la demanda al extesorero que se volvió en su contra o la falta de colaboración con la Justicia que acabó en el registro de la sede popular, es muy criticada en privado. Su falta de sintonía con Soraya Sáenz de Santamaría es notoria. Pero Rajoy está cómodo con esta situación. Necesita a De Cospedal de dique de contención del caso Bárcenas y a la vicepresidenta como cara amable para momentos difíciles.

Fuga de votos

Al margen de estas trifulcas, el PP corre el riesgo también de romperse por la derecha y, según las encuestas, de perder votos que irían a parar a UPyD y al emergente Movimiento Ciudadano. El vasco Santiago Abascal, que dio un sonoro portazo al partido con una dura carta dirigida a Rajoy, medita la creación de una nueva formación. Por su parte, Alejo Vidal-Quadras podría abandonarlo tras saberse excluido de la listas al Parlamento Europeo. Son dos de las voces más destacadas de la lista de discrepantes por la derecha, que se agrupan en torno a la defensa férrea de la unidad de España sin concesiones a los separatistas catalanes y vascos, la ilegalización de las formaciones proetarras y la mano dura con los presos de la banda terrorista. Pero las dos grandes figuras de la disidencia a Rajoy son José María Aznar y Esperanza Aguirre. El presidente cuenta ya con sus habituales apariciones para criticarle y ha aprendido a lidiar con ellas.