El presidente rechaza dar algo a ETA a cambio de su disolución

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Descarta modificar la Constitución para contentar a catalanes y vascos

27 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Mariano Rajoy se mostró ayer firme en sus posiciones sobre el final de ETA y el desafío soberanista de Artur Mas. Dejó claro que no está dispuesto a mover un dedo en su política antiterrorista hasta que la banda se disuelva completamente. Tampoco a acometer una reforma de la Constitución solo para que los nacionalistas catalanes y vascos estén a gusto en España. Estos dos asuntos marcaron la segunda jornada del debate sobre el estado de la nación, en la que la oposición le echó en cara el triunfalismo que exhibió el día anterior, lo que el presidente negó expresamente. «Estoy en condiciones de transmitir a los ciudadanos un mensaje de moderado optimismo; ni soy triunfalista ni exagerado, soy realista y equilibrado», se defendió.

Rajoy no tocó el tema de ETA en la primera jornada del debate, pero ayer lo hizo obligado por el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que lo puso sobre la mesa. Este denunció que la «desidia» de Rajoy está permitiendo a ETA que «siga prolongando la teatralización de su final». «Afirmar que nada ha cambiado desde el anuncio de cese definitivo de la violencia por parte de ETA es hacer el tancredo», le espetó. Y le planteó que ponga las condiciones para llevar a cabo un desarme similar al que han protagonizado otros grupos terroristas e intente implementarlo y supervisarlo, a través de mediadores. «¿Qué es lo que desea su Gobierno? ¿Darle la excusa perfecta a ETA para eternizar su desaparición?», se preguntó.

El presidente del Gobierno no quiso entrar en la reciente y polémica actuación de los verificadores internacionales, porque «no merece la pena». «Yo no he dicho que nada haya cambiado desde que ETA anunció que dejaba de matar, claro que algo ha cambiado y lo dije, desde la oposición, cuando lo anunciaron», respondió a Esteban. Pero volvió a insistir en su mensaje: el único camino es que ETA se disuelva. «¿Es tan difícil? ¿Por qué no se lo pide? ¿Tenemos que darle algo a cambio? y ¿Por qué tengo que darle algo a cambio? y ¿Qué tengo que darle a cambio?», señaló. No atendió tampoco las demandas del PNV y Amaiur para acercar a los presos etarras a las cárceles vascas.

Mikel Errekondo, portavoz de la izquierda abertzale, le pidió el fin de las medidas «de dispersión y excepción, medidas de otros tiempos que provocan muertes y sufrimiento», lo acusó de no querer la paz y dijo que quien se tiene que disolver es el Ejecutivo por ser «incapaz» de solucionar el «conflicto». En su respuesta, Rajoy dio la clave de su posición, no hacer ninguna concesión a los presos hasta la desaparición de la banda terrorista. «Exija la disolución de ETA, eso es lo que esperan los españoles y eso es lo que pondría fin al inmovilismo que usted denuncia», le reclamó.

Qué se quiere hacer

Esteban instó a Rajoy a que modifique la Constitución para que las sociedades catalana y vasca puedan sentirse «a gusto» frente a lo que definió como «un reducido Estado de las autonomías». Rajoy le contestó que la Constitución se puede modificar, pero recalcó que antes debe saberse qué es lo que se quiere hacer y ver cuál es el grado de consenso con el que se cuenta. Lo que equivale a un no, dado que no hay acuerdo sobre las materias que deberían modificarse ni consenso entre los dos grandes partidos.