El soberanismo proclama que sale reforzado del 25-M y pide a Rajoy que mueva ficha

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Duran i Lleida sostiene que los resultados avalan la «voluntad del pueblo de Cataluña de ir más allá y tener más soberanía»

27 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las fuerzas que impulsan la consulta soberanista del 9 de noviembre en Cataluña, en especial CiU y Esquerra, se felicitaron por el resultado conjunto del bloque pro referéndum, que el domingo obtuvo el 55 % de los votos catalanes, casi 20 puntos más que hace cinco años y uno más que en las autonómicas del 2012.

«El proceso sale reforzado y no hay marcha atrás», afirmó el candidato de Esquerra, Josep Maria Terricabras. Los resultados han sido un «éxito» para el frente que está a favor del derecho a decidir, ya que se ha avalado la «voluntad del pueblo de Cataluña de ir más allá y tener más soberanía», afirmó en la misma línea el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida. Al calor del avance conjunto de CiU, Esquerra e Iniciativa, el líder de Unió Democrática emplazó a Mariano Rajoy a «mover ficha» y a abandonar su posición «inmovilista» en relación al «problema político» que hay en Cataluña. «El Estado no puede quedarse ciego y sordo», añadió. El dirigente democristiano llevaba meses apuntando que tras las europeas podrían rehacerse los puentes de diálogo entre Rajoy y Mas, pero ayer no quiso entrar en especulaciones.

CiU puso el acento en el cómputo global de las tres formaciones que impulsan la consulta, quizá para no tener que dar demasiadas explicaciones en lo individual, ya que la federación nacionalista salió derrotada por primera por los republicanos, con el 22 % de los votos en Cataluña, perdió un punto porcentual respecto a las europeas del 2009 y más de ocho en relación a las catalanas del 2012. Aun así, desde Convergència i Unió hicieron una lectura positiva del escrutinio. «Nos ha ido moderadamente bien», dijo Duran, quien achacó la caída de la federación a que Esquerra se ha aprovechado del hundimiento del PSC y a la ausencia de la CUP en las europeas, algo que también ha beneficiado a Esquerra.

Cierre de filas

De momento, poca autocrítica sobre por qué se van los votantes de CiU al partido de Oriol Junqueras, y cierre de filas en torno al presidente de la Generalitat, quien sin duda empezará a ser cuestionado entre los moderados de Convergència y los no independentistas de Unió, porque desde que emprendió el camino hacia un Estado catalán ha cosechado dos reveses electorales consecutivos. En las autonómicas, CiU se dejó 12 de los 62 diputados que tenía y ahora el de las europeas. En esta ocasión, desde su partido consideran que se han salvado los muebles y no creen que Artur Mas haya quedado debilitado.

Junqueras opina lo mismo: «Veo al presidente más fuerte que nunca». Esquerra disimuló la euforia por una victoria que no conseguía desde la Segunda República para no hurgar en la herida de sus socios y tratar de trasladar una imagen de unidad. Junqueras incluso especuló con una entrada de su partido en el Gobierno catalán.

Pequeño avance

Lo que está por ver es cómo afectará el triunfo de Esquerra al proceso soberanista. En CiU quitaron importancia a su leve caída, pero el sorpasso de los independentistas marca un punto de inflexión en la correlación de fuerzas. En el 2012, CiU y ERC sumaron el 44 % de los votos, frente al 45 % del domingo. El soberanismo avanza poco a poco. La diferencia está en que los más independentistas cada vez tienen más peso y esto puede tener su influencia en la hoja de ruta hacia el Estado catalán, ya que puede radicalizarse aún más pues a medida que Mas y CiU vayan perdiendo posiciones y sean desplazados del liderazgo del proyecto, las posibilidades de acuerdo entre Cataluña y el resto de España irán menguando.

Esquerra ganó en las cuatro capitales catalanas, un dato significativo de cara a las plebiscitarias que podrían celebrarse el 9 de noviembre. PSC y PP fueron los grandes derrotados en Cataluña, mientras que Ciutadans se ha erigido en la fuerza emergente del españolismo.