La España republicana sale a la calle para exigir un cambio de régimen

Mariluz Ferreiro MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Los republicanos, en la calle Real
Los republicanos, en la calle Real HADRIÁN MÁRQUEZ

Las redes sociales, principales motores para movilizar a distintos colectivos en las principales ciudades españolas

03 jun 2014 . Actualizado a las 13:13 h.

Sol suele amanecer tricolor el 14 de abril. La plaza madrileña, palpitante corazón de los indignados, conmemora el aniversario de la proclamación de la Segunda República. El anuncio de la abdicación del rey rompió el calendario y miles de personas (20.000, según la Policía Local) se concentraron ayer al grito de «¡España mañana será republicana!» y «¡Re-fe-ren-dum!». De una forma u otra, en los últimos años las primaveras de Madrid se calientan hasta hervir en Sol.

La protesta parecía un fin de año por la izquierda. Jóvenes del 15-M sin edad para recordar la transición. Ancianos que se niegan al olvidar del franquismo. Anarquistas, perros, flautas, perroflautas, gotas de mareas blancas y verdes, algún bebé y varias corbatas. Turistas franceses curiosamente desubicados entre tanta bandera republicana. Un grupo de ingleses que preguntaban: «¿Qué pasa? ¿Ha ganado España ya el Mundial?». Mientras, Sergio Ramos lanza una mirada castigadora desde los cuatro pisos de su gigantesco cartel de Hugo Boss. Un chaval se imaginaba cómo sería la camiseta de fútbol de selección de España republicana. «Es que a mí la rojigualda no me gusta, pero añadirle el morado tampoco...». Otros recordaban la primera vez que votaban, «en los ochenta» o intentaban repasar artículos de la Constitución sin lograr desfacer el entuerto de lo que llamaban «segunda transición».

La plaza fue un campo de banderas tricolores. Con briznas rojas de enseñas del PC y con un pequeño puñado del PSOE. Eran las más difíciles de sostener. «Rubalcaba no está por la República, el PSOE y el PP apoyan la monarquía», escuchaban una y otra vez sus portadores. José Tomás Martínez aseguraba: «Ser republicanos está en el espíritu socialista». Su compañero de filas asentía. Pero después debatían. «Será la puntilla para el PSOE si apoyan la sucesión», coincidían.

A las nueve, dos señoras armadas con buenos cardados y armónicos coloretes, preguntaban a un policía municipal si pueden bajar a Sol desde La Montera. Se lo desaconsejan. «Pues yo no quiero romperme la cadera», dijo una. La otra apuntaba: «Yo era monárquica antes. Ahora ya no soy nada». Más tarde, un pequeño grupo intentaba ir hacia el Palacio Real vía Ópera. Fue frenada por agentes. Un intento de toma del palacio de primavera truncado sin mayor historia.

De noche, la concentración fue menguando en participantes y también en edad. María José Contreras, con una bandera tricolor atada a la cintura, señalaba al cielo: «No pasa nada por cambiar. Si hasta al cartel de Tío Pepe lo han cambiado de sitio. Y llevaba más tiempo que el rey».

Las concentraciones se sucedieron en la mayoría de las ciudades españolas, alentadas por convocatorias que circularon desde primera hora por las redes sociales de grupos de distinto signo, muchos solo coincidentes en la querencia a la bandera tricolor.

República gallega

En Galicia, la concentración más numerosa se produjo en Vigo. De un lado, banderas gallegas con la estrella roja, carteles del BNG, gritos de «Independencia» y de «Avante, sen tregua, república galega». Del otro, enseñas españolas tricolores, dirigentes comunistas, la Asamblea por la República y coros de «Non hai dúas sen tres, república outra vez». En Vigo se manifestaron más de 4.000 personas en contra de la monarquía, pero en realidad fueron dos protestas en una. La Asamblea por la República recordó que «non hai rei democrático». Hasta el presidente de la RAG, Xesús Alonso Montero, envuelto en una bandera tricolor, sonrió y dijo que «é un pasiño». Ocurrió en el Marco. Después, se fueron a la Porta do Sol y la protesta se desgajó en dos. Al final de la misma, se produjo una agresión a un joven que estaba repartiendo panfletos por la república del partido ultraderechista Democracia Nacional.

Dos manifestaciones simultáneas y con mucha animación a favor de la tercera república también se secundaron en A Coruña, la que partió del Obelisco a la Subdelegación, con simpatizantes del Ateneo Republicano y Podemos, sumó unas 600 personas, según la Policía Local, mientras que la del sector nacionalista y el colectivo de República Galega reunió a unas 200 personas ante la Delegación del Gobierno.

En la plaza Mayor de Ourense se juntaron casi medio millar de personas que corearon lemas y cantos a favor de la república. También allí había dos grupos claramente diferenciados, de un lado, el de los simpatizantes del BNG o de la Liga Estudiantil Galega con pancartas con la bandera gallega con la estrella nacionalista. Su lema era «Galiza será república mañá», del otro lado, con dos o tres banderas republicanas, un círculo de Podemos que manifestaban: «España, mañana, será republicana». Más banderas republicanas se vieron también ante la Subdelegación del Gobierno, con un centenar de personas.

En Pontevedra, varios cientos de personas se concentraron en la plaza de A Peregrina. Entre los asistentes, reconocidas caras de la política local, concejales de BNG, y de la vida cultural, social y sindical.

En Lugo, más de 250 personas pidieron en la praza Maior la vuelta de la República, convocados por el BNG bajo las consignas «nosa, galega, social e democrática». También se escucharon consignas a favor de la independencia y contra la Casa Real. Por su parte, otras 250 personas se concentraron en la praza de Armanyá convocados por EU y Podemos. Mientras que en Vilagarcía, unas 300 personas se sumaron a la convocatoria en la plaza de Galicia convocadas por las redes sociales, pero también por organizaciones como el BNG, EU o Xuventudes Socialistas. Aunque se manifestaron juntos, algunos lo hacían para pedir un referendo, mientras que otros aclamaban por la República, y el BNG y Espazo Ecosocialista, por el inicio de un proceso que culminase en la República Galega.

Por su parte, en Monforte se lanzaron gritos contra la monarquía y participaron unas 150 personas con banderas gallegas y republicanas. En Ribeira, alrededor de medio centenar de personas se unieron ante el consistorio. «No será rey, Felipe no será rey» fue el cántico que entonaron. Misma participación hubo en Boiro. Allí la concentración transcurrió según lo previsto hasta que llegaron unos jóvenes con una pancarta con el texto «Muerte a los borbones». A los pocos minutos apareció la Guardia Civil y, tras un revuelo importante, los identificaron. Menos populosa fue en Carballo, donde la concentración no llegó a sumar treintena de personas. La incógnita será que pasará los próximos días con esa marea humana.

Esta información ha sido elaborada con la colaboración de S. Luaña, R. Domínguez, L. Penide, M. Hermida, R. Iglesias, A. Paniagua, S. Garrido, L. López, L. Rey, C. Cortés y T. Rodríguez.