¿Por qué Felipe y Letizia evitarán la Calle Mayor en su camino al Palacio Real?

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Atentado

El nivel del alerta terrorista se eleva. No recorrer vías estrechas es la primera premisa; esquivar el número 84 de la popular calle madrileña, la segunda

18 jun 2014 . Actualizado a las 21:11 h.

Todo está más que preparado para la proclamación del príncipe Felipe y Letizia Ortiz como nuevos Reyes de España. Desde que el Rey anunció su abdicación el pasado 2 de junio, probablemente ya desde mucho antes, el Palacio de la Zarzuela planea al milímetro el traspaso de poderes de padre a hijo. La solemne ceremonia tendrá lugar este jueves en la Cámara Baja. A continuación, los príncipes de Asturias se trasladarán al Palacio Real. Todos los detalles están atados. Todo calculado. Lo que va a suceder y lo que no. O al menos lo que no debería.

Se encarga de ello el Ministerio del Interior, en colaboración con la Zarzuela, una sinergia de fuerzas que ya ha establecido que la comitiva no pasará, de ninguna manera, por la Calle Mayor. Las instrucciones son, en concreto, evitar el número 84 de la céntrica vía madrileña. La decisión, que desbarajusta la ruta ideada inicialmente -que enfilaba la Carrera de San Jerónimo, atravesaba la Puerta del Sol, recorría la Calle Mayor y desembocaba en la Plaza de Oriente- responde a dos razones: sortear los caminos estrechos para que el público no se acerque excesivamente a los Príncipes y neutralizar cualquier riesgo de atentado. Pero, ¿es la vía colindante a la Plaza Mayor un punto caliente?

El atentado del anarquista Morral

Zarzuela e Interior tienen buena memoria y no olvidan los hechos ocurridos en 1906. Aunque hayan pasado 108 años. Era 31 de mayo y Madrid despertaba vestida de gala para asistir al enlace del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, que se juraron amor eterno en la iglesia de los Jerónimos mientras el anarquista Mateo Morral Roca fabricaba con sus propias manos un artefacto explosivo en la habitación de su pensión, ubicada en el número 88 (hoy, 84) de la Calle Mayor.

Una vez hubo finalizado su trabajo, Morral introdujo la bomba en el interior de un ramo de flores y cuando, a las dos y diez del mediodía empezó a escuchar gritos en la calle que coreaban consignas sobre los reyes, arrojó el ramillete hacia la carroza real. Las flores tropezaron con el tendido del tranvía y su trayectoria se desvió hacia la multitud que aclamaba a la comitiva. La bomba explotó al tocar el suelo. Los reyes salieron ilesos, pero murieron 24 civiles.

El Imparcial relató los hechos con pelos y señales en un crónica titulada Atentado contra los Reyes de España. «Un soldado, sin pies, con el pecho hendido, con las piernas maceradas», describía en 1906 el rotativo. «Corrían hilillos de sangre y su púrpura trágica manchaba el estribo de la carroza regia, los trajes, las paredes», continuaba dando testimonio de la dantesca escena. Informó el diario madrileño entonces que la reina se quedó «pálida como la cera», temblando «atribulada», mientras Alfonso XIII intentaba mantener la calma.

Morral consiguió huir, algunas versiones aseguran que compinchado con un periodista, pero días más tarde fue identificado cerca de Torrejón de Ardoz por los dueños de una fonda donde paró a comer. Cuando llegó el guardia civil alertado por los vecinos, el anarquista no puso objeción en seguirle, pero en un descuido disparó contra el agente para sacarse la vida a continuación disparándose un tiro en el pecho.

Por temor a que la Historia se repita más de un siglo después, Interior ha elevado el nivel de alerta antiterrorista del 2 al 3, que implica «la activación de las Unidades especiales de intervención y reserva de las FCSE y su participación en la vigilancia de los lugares de afluencia masiva de personas y en la protección de infraestructuras críticas, cometidos que hasta el nivel 2 desarrollan exclusivamente las unidades de seguridad ciudadana». Por las mismas razones se cerrará el espacio aéreo de Madrid durante la ceremonia y el recorrido hacia el Palacio Real.