Pedro Sánchez, que dominó mejor el discurso y el escenario, hizo guiños a Susana Díaz y Madina, más serio y nervioso, cortejó al socialismo catalán
08 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El debate entre los candidatos a la secretaría general dejó ver el temor del PSOE a que un enfrentamiento demasiado directo entre ellos provoque heridas difíciles de curar después del congreso, generando una división similar a la que produjo el último cónclave, que enfrentó a Alfredo Pérez Rubalcaba con Carme Chacón y cuyas consecuencias todavía están pagando los socialistas. A pesar de las llamadas a la transparencia y la participación de los militantes, el formato impidió la confrontación de ideas y se limitó a sucesivos monólogos de los candidatos, entre los que apenas se pudieron encontrar diferencias sustanciales.
Dentro de ese debate de guante blanco, sí se pudieron apreciar pullas entre Madina y Sánchez con la intención de debilitarse mutuamente. El diputado vasco trató de presentar a su oponente como inexperto y voluble, mientras el madrileño quiso vincular a su rival con el aparato y le negó la iniciativa de que el congreso se abriera a la militancia.
Los discursos, especialmente los de Madina y Sánchez, estuvieron condicionados por los respectivos compromisos a la hora de recabar los avales y las perspectivas de apoyo en cada uno de los territorios. Así, se pudo ver como Sánchez, que ha recibido un fuerte apoyo por parte de la presidenta andaluza Susana Sánchez, enfrentada a Madina por haber impedido su elección como secretaria general por aclamación, hizo una cerrada defensa de la actuación de la Junta de Andalucía en el caso de los ERE y descartó por completo cualquier consulta en Cataluña. Madina, por su parte, corteja a los socialistas catalanes, de los que hizo una encendida defensa, porque sabe que tiene allí gran parte de sus apoyos y de sus expectativas de ser secretario general. Por ello, fue también el más próximo al discurso de los socialistas catalanes al plantear directamente un acuerdo con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para pactar con él una reforma de la Constitución.
Sánchez, más mediático
Pérez Tapias optó por un discurso mucho más llano y con menos retórica que sus rivales, que resultó sin embargo mucho más cercano por la claridad de sus exposiciones, demostrando así que no tiene las ataduras de los otros dos. Y fue el único que se atrevió a hacer una dura autocrítica al reprobar que no se asumieran responsabilidades por el caso de los ERE en Andalucía.
De lo visto ayer, apenas pueden extraerse conclusiones políticas que permitan decantarse por uno u otro aspirante en función de sus propuestas. Lo que sí quedo claro desde el principio es que Pedro Sánchez es un candidato mucho más mediático que Madina y Pérez Tapias. Dominando mejor el lenguaje verbal y gestual, Sánchez exhibió en todo momento un semblante relajado, sonriente y cordial, mientras Madina aparecía más nervioso, sudando en exceso, con gesto adusto en muchos momentos y señalando constantemente con el dedo índice a sus oponentes y al público. Pérez Tapias optó por el gesto profesoral y algo burlón de quien está de vuelta de todo.