EH Bildu ataca al rey y desata la bronca en el Congreso ante el silencio de Sánchez

Ana Balseiro
Ana Balseiro REDACCIÓN / AGENCIAS

ESPAÑA

ATLAS TV

Recordó al candidato que es rehén de los independentistas y aseguró que la Constitución es una «cárcel de pueblos», entre gritos de «asesinos», «terroristas» y «¡Viva España» en la bancada conservadora

06 ene 2020 . Actualizado a las 17:33 h.

La intervención de la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha desatado una fabulosa bronca en el Congreso durante la segunda jornada de la sesión de investidura de Sánchez. La formación, que por primera vez tiene grupo parlamentario propio, no solo le recordó al candidato que es un rehén de los independentistas y que su abstención tendrá un precio, sino que también arremetió contra el jefe del Estado, calificándolo de «autoritario», y contra las instituciones. Que Sánchez no defendiera al Rey en ninguna de sus réplicas a la portavoz filoetarra acabó de encender los ánimos de los conservadores.

El líder del PP, Pablo Casado, que tomó la palabra después de que Aizpurua concluyera, calificó de «nauseabundo» su discurso y, recordando a los más de 800 asesinados por ETA, tachó de «infame» el episodio vivido y de «escandaloso» e  «inaceptable» el silencio de Sánchez ante «los herederos» de la banda terrorista. A él se sumó el diputado de Ciudadanos Edmundo Bal, que reclamó a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, que le exigiera retractarse de haber llamado «fascista al Rey, porque eso significa autoritario». «Hemos esperado con prudencia a que el candidato defendiera al jefe del Estado, que le ha encomendado formar Gobierno. No lo ha hecho. Pídale usted que se retracte y se borren del diario de sesiones tales alusiones», reclamó a Batet. Sin embargo, la presidenta evitó reconvenir a la parlamentaria argumentando que en la Cámara la amparaba la libertad de expresión.

Aunque uno de los puntos más tensos de fueron la críticas al jefe del Estado, el enfrentamiento tachonó prácticamente toda la intervención de Aizpurua, que aseguró que el modelo de las autonomías era una vía agotada, «conviene no perder el tiempo en ella», y que la Constitución era  «una cárcel para los pueblos». «En la disyuntiva que se pone entre democracia y legalidad, lo que debe permanecer siempre es la democracia», remachó, para volver a insistirle a Sánchez que este Gobierno de coalición es «la última oportunidad de resolver la cuestión nacional, vasca, catalana y gallega. Ustedes son el último tren hacia la última estación. No dejen pasar la oportunidad».

Sus palabras provocaron airadas reacciones en los bancos conservadores -Aizpurua aseguró que eran tan iguales las tres derechas, que encajaban como una muñeca rusa, unas dentro de otras-. «Asesinos», «terroristas» o «herederos de ETA» fueron algunos de los improperios que se pudieron escuchar, junto con otras manifestaciones de repudio a sus palabras, como el abandono del hemiciclo de Jiménez Becerril (PP) y Abascal (Vox) o que el hijo de Suárez se girara en su escaño -al lado de la tribuna de oradores- para darle la espalda durante todas sus intervenciones. Gritos de «libertad, libertad» y «¡Viva España» y aplausos de los conservadores se escucharon en varias ocasiones.

En su intervención de réplica, Pedro Sánchez ha agradecido a los cinco diputados de EH Bildu la abstención para facilitar su investidura y ha eludido entrar en la bronca de la bancada de la derecha tras escuchar las críticas al rey de la portavoz de ese partido.

En sus dos réplicas a Aizpurúa, Sánchez se ha limitado a insistir en la importancia de que haya una mayoría progresista en el Congreso, informa Efe, y ha asegurado su disposición a debatir sobre la mejora del autogobierno o cumplir con su compromiso de dar a Euskadi todas las competencias que le otorga el Estatuto vasco.

 Pero también le ha insistido en que el propio estatuto reconoce que la sociedad vasca es «plural» y que no se puede diferenciar entre «vascos buenos y malos» en función de su alineamiento a los sentimientos nacionales, recoge Efe.