El PP acusa al Gobierno de «cambiar presos por presupuestos»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

Emilio Naranjo | EFE

Las negociaciones con Bildu y la ausencia de Sánchez marcan la sesión de control

23 sep 2020 . Actualizado a las 11:04 h.

Los careos entre el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y el secretario general del PP, Teodoro García-Egea, suelen coincidir con uno de los picos de tensión en las sesiones de control. No fue una excepción este miércoles en el que la gran novedad estuvo en la ausencia de Pedro Sánchez, que a lo largo del día tiene previstas un par de reuniones en Bruselas con mandatarios europeos. Precisamente esta falta del presidente del Gobierno fue una de las cuestiones atacadas con ahínco desde la oposición. El mismo García-Egea ironizó con que el «Falcon» (el avión) se pone a disposición del presidente del presidente para, entre otras cosas, «para llegar a Bruselas a tiempo después de la sesión de control, no para ir a un concierto en Benicasim», denunció, rescatando una vieja polémica que el Gobierno clasificó como secreto oficial.

«El presidente no está aquí porque está en Bruselas defendiendo los intereses de nuestro país frente al intento, solo intento, desleal de ustedes», respondió la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

El diputado popular también se sirvió de los últimos datos macroeconómicos para atacar a la coalición: ¿«Le queda algún amigo por colocar? El empleo se hunde en toda España, pero se dispara en la Moncloa», criticó, ante el número de asesores de los que dispone el Ejecutivo.

Más temas: la investigación sobre la supuesta financiación ilegal de Podemos. En este caso, García Egea se dirigió a la vicepresidenta Carmen Calvo. «¿Qué se siente al gobernar codo con codo con un partido imputado?». El dirigente popular metió también en la coctelera de esta mañana una foto que circuló esta semana sobre el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero disfrutando de una comida en la terraza de un lujoso restaurante del barrio de Salamanca tras haber participado en protestas contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid por las restricciones en algunos de los barrios más afectados por la pandemia: «Por la mañana a las barricadas, y luego a las mariscadas», bromeó. También se refirió a los recientes ataques de Iglesias contra la Casa Real. «¿Cómo va a acabar con la monarquía? Intentó acabar con Errejón, y ahí lo tiene», le recordó.

Pablo Iglesias lamentó que García Egea no formulase ni una sola pregunta en toda su intervención, pero aprovechó su turno para recordarle que «se acabó el bipartidismo en España», y que debido a sus pactos con Vox, los populares no volverán a ocupar ni una sola silla en «el Consejo de Ministros». El líder de Podemos volvió a marcar posición y se erigió en portavoz no solo de su partido, de su grupo parlamentario o del Gobierno de coalición, sino de todo el «bloque» que propició la investidura, afirmando haber aprendido muchas «lecciones» desde la irrupción de la pandemia, como «la necesidad de defender lo público», dijo, en una clara estrategia para insistir en repetir esas mismas alianzas de cara a aprobar unos nuevos Presupuestos, un juego de alianzas que pasa por lograr el apoyo de Bildu

 «Este Gobierno trata mejor a Bildu que al rey»

En su pregunta oral, García Egea dejó un espacio al final para introducir la cuestión presupuestaria: «Este Gobierno trata mejor a Bildu que al rey», lamentó el secretario general del PP.

Más directa fue su compañera de bancada, la diputada Carolina España, que acusó a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de «cambiar presos por presupuestos» en unas negociaciones con Bildu que avanzan gracias al trabajo «del escudero» Pablo Iglesias. 

En Vox también denunciaron las conversaciones entre el Gobierno y los herederos de Batasuna de cara a aprobar unas nuevas cunetas públicas. El diputado Gil Lázaro lamentó las «cesiones» de Marlaska «ante las exigencias de Bildu», entre las que incluyó el acercamiento al País Vasco de «presos que no han pedido perdón», una medida que apuntó como la antesala de un «indulto que ponga a todos los presos en la calle, que es lo que Otegi les ha exigido».