El conflicto lingüístico en Cataluña pone en riesgo la estrategia de ERC de ampliar su base secesionista
ESPAÑA
![Botes de humo amarillo durante una manifestación contra el establecimiento de un 25% de castellano en las escuelas catalanas, frente a la colgeio Turó del Drac, en Canet de Mar](https://img.lavdg.com/sc/WxMHrzn56zegBa5wVbBDklvZsZ4=/480x/2021/12/12/00121639327202957127533/Foto/GD13P16F1_174233.jpg)
Sectores del nacionalismo presionan a los republicanos por su modelo de independentismo no nacionalista y Junts advierte de que la estabilidad del Gobierno autonómico está en riesgo
13 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Un pequeño centro de Canet de Mar (Barcelona) ha encendido en Cataluña un conflicto latente desde hace tiempo y en el que Pere Aragonès y ERC se juegan su objetivo de ensanchar la base independentista. Una estrategia que pasa por crecer en las zonas metropolitanas de Barcelona y Tarragona, allí donde el PSC tiene sus feudos, que lo fueron ocasionalmente de Ciudadanos entre el 2017 y el 2021, y donde la lengua castellana es mayoritaria. Lo es en toda Cataluña, pero especialmente en muchos barrios periféricos de Barcelona y en localidades como Hospitalet, Santa Coloma de Gramanet o Cornellá.
En todas esas zonas, ERC puso hace años en marcha la «operación Rufián», que defiende un independentismo que se declara no nacionalista (a diferencia de Junts). Al secesionismo le cuesta penetrar en el llamado cinturón rojo metropolitano, donde la gente, con raíces en el resto de España, habla castellano.
Pere Aragonès ha mantenido un perfil bajo en toda la polémica sobre la lengua. No ha acudido a Canet de Mar (Barcelona), donde sí ha estado el consejero de Educación, pero el jueves que viene encabezará una reunión en la que pretende impulsar un «pacto nacional» para blindar la inmersión lingüística.
La comunidad educativa que aboga por el monolingüismo, mayoritaria en la enseñanza, le aprieta para que lidere la defensa del catalán. Hasta la fecha, la educación no universitaria en Cataluña se ha basado en un modelo que sitúa el idioma catalán como única lengua vehicular en la enseñanza. Todas las asignaturas se imparten en catalán en la escuela pública y la concertada, salvo las dos o tres horas semanales de castellano e inglés.
Un informe en un cajón
A partir de la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto, la justicia ha obligado al Gobierno catalán a impartir al menos el 25 % de las clases en castellano. La Generalitat no tendría que hacer muchos cambios para acatarla. Según datos de la Generalitat, el castellano se emplea un 18 % en la primaria, el 19 % en la secundaria y el 26 %, en el bachillerato. La Consejería de Educación, en manos de ERC, ya elaboró en la pasada legislatura un informe que actualizaba el modelo lingüístico y contemplaba reforzar el castellano en aquellas zonas donde el catalán es mayoritario y a la inversa, potenciar el catalán en las áreas metropolitanas.
El informe se quedó en un cajón. ERC tiene la presión de los sindicatos de enseñanza y las plataformas soberanistas para que no toque ni una coma del sistema de inmersión. Los de Junqueras tienen un dilema, pues corren el riesgo de verse arrastrados por los sectores más nacionalistas, que consideran a los castellanohablantes «colonos lingüísticos» del franquismo. Junts ya le aprieta advirtiéndole de que la estabilidad del Gobierno catalán está en riesgo. Pero unirse a esa estrategia identitaria frustraría todos los avances logrados por ERC intentando ampliar la base en la Cataluña de habla hispana. El dilema lo tiene también el PSC, que siempre ha defendido el modelo de inmersión, pero aboga por introducir cambios y por acatar los fallos judiciales.