Las cuentas fueron rubricadas por el Congreso tras su accidentado paso por el Senado, por lo que a partir del 1 de enero podrán comenzar a ejecutarse
28 dic 2021 . Actualizado a las 16:00 h.España ya tiene Presupuestos Generales del Estado para el 2022 tras su aprobación definitiva este martes 28 en el Congreso, adonde inesperadamente tuvieron que regresar tras su accidentado paso por el Senado para volver a contar con su visto bueno. En realidad, el Gobierno tenía todo preparado para dar carpetazo a las cuentas públicas la pasada semana. Sánchez había citado a todos los componentes de su Ejecutivo en el Senado para lograr una foto triunfal antes del receso originado por las vacaciones de Navidad. Sin embargo, un error de cálculo de ERC en la votación de una enmienda motivó que las cuentas fuesen devueltas al Congreso, que tuvo que habilitar un pleno extraordinario para esta semana.
En la Cámara Baja no hubo más imprevistos, y el Gobierno de coalición y sus aliados pusieron la rúbrica a las cuentas de forma definitiva. Para que se conviertan en una realidad, tan solo falta ya su publicación en el BOE. «Cumplimos con nuestros compromisos», reivindicó esta misma mañana la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, en la apertura de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. «Somos un Gobierno que cumple con la palabra dada», insistió, en un momento en el que la oposición aprieta señalando la falta de credibilidad del mismo, con cuestiones como los indultos o el precio de la luz.
Los nuevos Presupuestos podrán empezar a ejecutarse desde el primer día de enero, algo que, como recordó Sánchez en una de sus últimas intervenciones, no sucedía desde hace años. En realidad, el Gobierno disfruta de una mayoría parlamentaria para aprobar las cuentas desde el verano, cuando Sánchez pronosticó que este curso las aprobarían «en tiempo y forma». Según trasladaron fuentes gubernamentales a La Voz, desde entonces tan solo estuvieron comprometidas en dos momentos: con la detención del expresidente catalán Carles Puigdemont en Cerdeña, un episodio que hizo peligrar el respaldo de ERC, y con las declaraciones del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en las que vinculaba el apoyo de su formación con la puesta en libertad de etarras. Fuera de ahí, en La Moncloa siempre han contextualizado las múltiples amenazas de sus socios parlamentarios con tumbar las cuentas públicas como una suerte de «teatralización» forzada por las presiones internas.
Sánchez contó en la votación de finales de noviembre con el apoyo con la esencia de los mismos grupos con los que se viene aliando desde su ascenso al Gobierno mediante la moción de censura del 2018. Los 120 diputados del PSOE y los 34 de Unidas Podemos (la vacante de Alberto Rodríguez sigue sin cubrirse), unieron sus fuerzas a los 13 de ERC, a los cinco de Bildu, a los seis del PNV, a los cuatro del PDECat, a los dos de Más País y a los de Compromís, Nueva Canarias, el PRC y Teruel Existe. Un total de 188 votos a favor, por encima de la mayoría absoluta, establecida en los 176, y todavía más por encima de la mayoría simple, ya que para salir adelante las cuentas solo necesitaban un voto más a favor que en contra. Los noes se quedaron en 160: PP, Vox, Cs, Junts, la CUP, UPN, Coalición Canaria y Foro Asturias. La única abstención llegó a cargo del BNG. En la votación de este martes el Pleno se pronunciaba solo sobre la enmienda introducida en el Senado, que logró 281 votos a favor (el PP se posicionó a favor, de ahí lo holgado de la votación), 62 en contra y 1 abstención.
El presidente del Gobierno intervino en el debate para presionar al PP de cara a la renovación del CGPJ: «Necesitamos todos los acuerdos posibles», subrayó, «ojalá estos dos grandes acuerdos, presupuestario y laboral, sean solo el prólogo de muchos más».
La novedad, con el PNV
La gran novedad respecto a los Presupuestos todavía en vigor está en que el apoyo del PNV no resultó decisivo. Los jeltzales cedieron su lugar de privilegio en favor de Bildu, la primera fuerza política que anunció el acuerdo presupuestario con el Ejecutivo de coalición, un acuerdo que se interpreta ya en ciertos ámbitos como un posible pacto para las próximas autonómicas, en las que los aberzales aspiran a desbancar al PNV del Palacio de Ajuria-Enea.
La inmensa mayoría de los votos llegaron de forma telemática a consecuencia del aumento de los contagios por coronavirus. De hecho, la sesión estuvo dirigida por el vicepresidente primero de la Cámara, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, tras el positivo diagnosticado ayer a la presidenta, Meritxell Batet. En las últimas semanas al menos medio centenar de diputados tuvieron que permanecer en cuarentena, bien por un positivo o por un contacto estrecho.