Un doloroso goteo de deserciones de sus afines acabó de hundir a Casado

Gonzalo Bareño Canosa
G. Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pablo Casado saluda al presidente murciano, Fernando López Miras
Pablo Casado saluda al presidente murciano, Fernando López Miras Fernando Alvarado / Efe

El último clavo para el líder popular fue el del presidente de Murcia, Fernando López Miras, íntimo del secretario general, Teodoro García Egea

23 feb 2022 . Actualizado a las 08:57 h.

La larga jornada política del martes fue tan dramática para Pablo Casado como lo había sido la maratoniana reunión del comité de dirección del pasado lunes, en la que, tras comprobar que no tenía ni siquiera el apoyo de su núcleo duro, empezó a comprobar que su suerte estaba echada. Aún así, el líder del PP comenzó el día tratando de resistir, alentado por el siempre optimista Teodoro García Egea. Pero el goteo de deserciones no solo de críticos, sino de afines hasta hace muy poco, que se fue multiplicando a lo largo del día, le hicieron comprender que a lo máximo que podría aspirar era a pactar una salida digna.

El primer impacto emocional de la jornada para él fue la dimisión de la diputada valenciana Belén Hoyo, una de las personas que se consideraban más cercanas a Casado en el comité de dirección, que abandonaba su cargo en ese órgano como presidenta del comité electoral nacional del PP.

Le siguió otro que se suponía aliado fiel, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que consumó su dimisión como portavoz nacional del partido en un momento crítico, aunque ya la había solicitado hace tiempo. Y, después del comunicado de la dirección del grupo parlamentario del Congreso exigiendo un congreso extraordinario «de manera urgente», a lo largo del día se fue confirmado también como, uno a uno, con la excepción de la navarra Ana Beltrán, le abandonaban también todos los barones territoriales, incluidos los que son presidentes autonómicos. Además de Feijoo y Ayuso, que ya lo habían expresado la víspera, hasta trece líderes territoriales dejaban claro que exigirían la dimisión a Casado y su relevo por Feijoo. Fueron Juan Manuel Moreno (Andalucía); Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León); Alejandro Fernández (Cataluña); Carlos Iturgaiz (País Vasco); Teresa Mallada (Asturias); Francisco Núñez (Castilla-La Mancha); José Antonio Monago (Extremadura); María José Sáenz de Buruaga (Cantabria); Jorge Azcón (Aragón); Carlos Mazón (Comunidad Valenciana); Marga Prohens (Baleares), José Ignacio Ceniceros (La Rioja) y Manuel Domínguez (Canarias).

El último clavo para Casado fue el del presidente de Murcia, Fernando López Miras, íntimo del secretario general, Teodoro García Egea, que se sumó a la petición de un congreso extraordinario asegurando que la situación es «insostenible», y se requieren soluciones «urgentes», aunque, respecto al relevo de Casado por Feijoo, dijo que es algo que deberá decidir «entre todos».