PSOE y Sumar cierran el programa para formar un Gobierno de coalición

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El texto del acuerdo no hace ninguna mención ni a la amnistía ni a Cataluña

24 oct 2023 . Actualizado a las 22:55 h.

El PSOE y Sumar alcanzaron este martes un acuerdo para un programa de Gobierno de coalición en caso de que la investidura de Pedro Sánchez, que depende del voto de los nacionalistas e independentistas, salga adelante. El líder socialista y la de Sumar, Yolanda Díaz, presentaron el acuerdo alcanzado a las ocho de la mañana de este martes, tras intensas negociaciones que ocuparon buena parte de la noche. El punto más destacado de un pacto que incluye 230 medidas, la mayoría sin demasiada concreción, es la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin bajada del salario. Es decir, media hora menos cada día.

«Sé que casi siempre estamos de acuerdo, pero a veces no», le dijo Díaz a Sánchez, en un ambiente de cordialidad entre ambos líderes. Ninguno de los dos se refirió, sin embargo, a la amnistía a los encausados en el procés. Un asunto que, dado que Junts y ERC lo exigen como un punto innegociable, puede decidir la investidura. El documento firmado entre ambos partidos, de 48 páginas, tampoco hace referencia alguna a la amnistía ni a la situación en Cataluña.

Los equipos negociadores de PSOE y Sumar, encabezados por la socialista María Jesús Montero y por Nacho Álvarez por parte de Sumar, llevaban en contacto desde hace tres meses. En la tarde del pasado lunes ya se daba por seguro el acuerdo entre las dos formaciones. Pero el pacto no se firmó hasta este martes. La parte sustancial del acuerdo estaba resuelta desde hace tiempo, pero la reducción de la jornada laboral era el último escollo. Sumar pretendía ir más lejos en la reducción, con la perspectiva de las 35 horas semanales, pero finalmente se acordó que sea de forma progresiva, de manera que en el 2024 la jornada será de 38,5 horas y en el 2025 se alcanzarán las 37,5. La medida tendría que ser aprobada por dos partidos que no son progresistas como el PNV y Junts.

PSOE y Sumar acordaron también la derogación de la ley mordaza. Este último asunto es una de las promesas incumplidas por el Gobierno. Los socios de investidura como ERC, EH Bildu o incluso Unidas Podemos criticaron durante la legislatura pasada al PSOE por no dar ese paso.

Se contempla también la universalización de la educación de 0 a 3 años, la extensión del permiso de paternidad y maternidad hasta las 20 semanas y se cita el deseo de dar un impulso a un nuevo modelo de financiación autonómica. 

Sin reparto de ministerios

El acuerdo se ha conseguido firmar antes del plazo que se habían dado las dos partes, que era el final del mes de octubre. Queda sin cerrar, sin embargo, la parte más difícil, que es el reparto de carteras de un hipotético Gobierno. Con la incertidumbre de si la investidura saldrá adelante, ese escollo no se ha abordado todavía, al menos en público. Hay que decidir qué porcentaje de los ministros del Gobierno corresponderán a Sumar, que tiene menos representación en escaños de la que tenía Unidas Podemos, que obtuvo cuatro ministerios en la anterior legislatura.

Tras el acuerdo, PSOE y Sumar suman 152 escaños, que con los seis de EH Bildu alcanzan los 158. Les restan aun 18 votos. El apoyo de ERC (7) Junts (7) y PNV (5) sería suficiente, haciendo prescindible el respaldo del BNG.

En cuanto a la fecha de la sesión de investidura, fuentes del PSOE la sitúan en la segunda semana de noviembre.

Malestar de la patronal y preocupación del PNV

El acuerdo no gustó a los empresarios, que expresaron su rechazo a un texto que contempla la reducción de la jornada laboral. CEOE, Cepyme y ATA mostraron en un comunicado conjunto su sorpresa por que el acuerdo «se adentre en cuestiones propias del diálogo social», «a espaldas de los interlocutores sociales y con un afán intervencionista evidente». Califican por ello el pacto de «atropello al papel constitucional» de patronal y sindicatos y auguran «un aumento de costes para las empresas».

Las patronales defienden explorar «nuevas fórmulas de reparto entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso u ocio», pero no como consecuencia de «una imposición legal, sino mediante la negociación colectiva». Así, consideraron que la regulación de la jornada debe tratarse «sector por sector y empresa a empresa», analizando en cada caso «si hay margen de productividad suficiente» y cuáles son las necesidades organizativas del empleador.

El acuerdo motivó también la «preocupación» del PNV, uno de los socios imprescindibles del futuro Gobierno, porque «puede suponer una invasión de competencias» en asuntos como sanidad, educación, cuidados o vivienda. Fuentes del PNV citadas por Efe indicaron que dicho acuerdo «deja muchas dudas y preguntas en el aire» y precisaron que el documento con las 230 medidas acordadas «requiere una lectura sosegada y un análisis profundo». En una primera valoración, al PNV también le preocupa «el lenguaje empleado», ya que «no parece caminar sobre la senda del respeto al autogobierno de las comunidades autónomas y el desarrollo de sus estatutos». «Los mal llamados impuestos a banca y energéticas deben respetar el sistema de Concierto y Convenio Económicos» y, por tanto, ser consensuados con la Administraciones del País Vasco y Navarra.

Una presentación solemne, sin preguntas y con muestras de cordialidad

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda del Ejecutivo en funciones, Yolanda Díaz, quisieron dar la máxima solemnidad a la firma del acuerdo de Gobierno, que fue presentado por los líderes del PSOE y de Sumar en el Museo Reina Sofía.

Sin preguntas

Negociación con Junts. La presentación del acuerdo consistió en dos intervenciones, primero Díaz y luego Sánchez, en las que se reivindicó la tarea de gobierno de la pasada legislatura y se impuso el objetivo de hacerlo mejor en caso de que la investidura de Pedro Sánchez permita echar a andar al nuevo Ejecutivo. Fue una comparecencia sin preguntas que impidió que la prensa los interrogara sobre asuntos incómodos como la situación de las negociaciones con Junts, el partido de Carles Puigdemont, o una concreción de las líneas rojas que se imponen el PSOE y Sumar en la negociación y si están dispuestos o no a conceder una amnistía a los encausados en el procés.

CORDIALIDAD

«Querida Yolanda» y «querido Pedro». El ambiente de la presentación del pacto fue de máxima cordialidad entre los líderes del PSOE y Sumar, que en varias ocasiones se dirigieron con un «querido Pedro» o «querida Yolanda» para enviarse los mensajes. En el auditorio se encontraban los principales negociadores del acuerdo por parte de las dos formaciones.

EL ROL DE BESTEIRO

Uno de los «notarios» del acuerdo. En el equipo de negociadores del PSOE para conseguir los acuerdos que permitan la investidura de Sánchez está el que será cabeza de lista del PSdeG a las elecciones gallegas, José Ramón Gómez Besteiro, que fue así uno de los notarios del pacto de Gobierno.

Sin concreción

Un texto para lograr la unidad. La necesidad de poner de acuerdo a partidos tan distantes en lo económico como el PNV o ERC hizo que el acuerdo no tenga mucha concreción en la mayoría de sus 230 puntos.