
Uno de los diputados díscolos desafió al presidente de la Mesa
15 abr 2024 . Actualizado a las 10:22 h.La fractura de Vox Baleares llegó este martes al Pleno del Parlamento balear. El presidente de la Mesa, uno de los expulsados del grupo parlamentario por los cinco diputados críticos con las injerencias de la cúpula nacional, Gabriel Le Senne, llamó dos veces al orden a María José Verdú, hasta hace poco más de una semana su compañera de partido, poco después de que diese ese toque de atención a la bancada del PP durante una pregunta del Pleno. Una decisión que desató las carcajadas de los cinco diputados que forman ahora el Grupo Parlamentario de Vox. Le Senne llamó al orden a Verdú y esta, lejos de acatar inmediatamente la orden, lo desafió. «Muy bien, presidente, muy bien. ¿Quieres otro?», le espetó Verdú entre risas. Le Senne le llamó por segunda vez al orden y, en esta ocasión, sí que cesó en su actitud, en parte por la mediación de su compañero Sergio Rodríguez. «Estamos dando un espectáculo...», lamentó Le Senne.
Ayer, el presidente del Parlamento balear presentó ante la Mesa el acta que confirma que los cinco disidentes han sido expulsados cautelarmente de Vox. Ya no pueden representar al partido en ninguna institución. Le Senne busca pruebas que refuercen su postura en una batalla por la presidencia de la Mesa. Los diputados díscolos, al ser mayoría en el grupo parlamentario, expulsaron del mismo a Le Senne y a la presidenta de Vox Baleares, Patricia de las Heras. La salida del político mallorquín conlleva el cese de todos sus cargos en la Cámara, por lo que no puede seguir en la silla de presidente de la Mesa. Le Senne solicitó un informe a los servicios jurídicos sobre su cese. Una maniobra que le ha valido para seguir provisionalmente en el cargo. Los cinco discrepantes también chocaron con Le Senne por los tiempos de intervención y ya reiteraron sus intenciones de reemplazarlo. «¿Y esto? Propondremos un presidente que sea imparcial», remarcaron en sus cuentas en redes sociales.
Posible sanción a Monasterio
Además, Rocío Monasterio, presidenta de Vox en Madrid, y el diputado autonómico Íñigo Henríquez de Luna se exponen a una sanción por, presuntamente, votar dos veces en la Asamblea autonómica. El escaño del ex número dos de la formación, José Luis Ruiz Bartolomé, está vacío desde que anunciara su retorno al sector privado. Lo que pilló por sorpresa a Vox es la renuncia de su sustituto en las listas, Pablo Gutiérrez de Cabiedes. Un movimiento que dejó al siguiente, Javier Pérez, sin tiempo para presentar su acta.
Las imágenes del pleno muestran a Monasterio utilizando el panel que pertenecía a Bartolomé. Ella afirma que se trata de un «fallo técnico», mientras que el PP habla de un «fallo humano». Argumenta que este escaño, el más próximo al suyo, estaba encendido y que ella trató de apagarlo. «Intenté darle a todos [los botones] para que se apagase».
En el 2006, hubo un precedente en el País Vasco. El Constitucional rechazó el recurso del diputado popular Carlos Iturgaiz, que activó el botón de un compañero ausente. Estuvo un mes inhabilitado.
Joaquín Urías, profesor de Derecho Constitucional, advierte de que el Reglamento de la Asamblea no de Madrid contempla de forma específica esta infracción. Es, por tanto, un «concepto abierto» que podría ser sancionado basándose en el artículo 26, que establece que los diputados deben «respetar la disciplina, el orden y la cortesía parlamentaria». El procedimiento de sanción depende de la Comisión de Estatuto de Autonomía, Reglamento y Estatuto del Diputado (con mayoría del PP), que podría retirarle sus derechos a Monasterio y Henríquez de Luna durante un máximo de 15 días.