Malestar en el Poder Judicial al verse señalado por Sánchez al hablar de «lawfare» y de cruzada para «limpiar la democracia»

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Una mujer sostiene un cartel durante la protesta del lunes frente al Consejo General del Poder Judicial, en Madrid, celebrada bajo el lema «El golpismo viste de toga»
Una mujer sostiene un cartel durante la protesta del lunes frente al Consejo General del Poder Judicial, en Madrid, celebrada bajo el lema «El golpismo viste de toga» Daniel González EFE

Los jueces temen que el Gobierno emprenda una «regeneración de la Justicia» impulsada por «motivos personales»

01 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El colectivo judicial está inquieto ante la proliferación de acusaciones de que existe lawfare (guerra judicial sucia), tras la «judicialización» de aspectos del trabajo de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. Ayer, Pedro Sánchez afirmó en la Ser que fue víctima y que su entorno familiar fue objeto de «espionaje» por parte de la llamada policía patriótica en el año 2014. Y ya la semana anterior, se presentó como perjudicado por una operación de «acoso y derribo» por políticos y medios, a la que se acusa de sumarse a algunos jueces.

En sectores del Poder Judicial se interpreta esta postura como respuesta, o más bien «venganza», al cuestionamiento de magistrados a la ley de amnistía y al pacto del PSOE con Junts para investigar la presunta guerra sucia de tribunales contra el independentismo.

Pero la inquietud se transformó en alarma desde que Sánchez argumentó su continuidad en el Gobierno como una cruzada para «limpiar la democracia», según fuentes del Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y los juzgados madrileños de plaza de Castilla, que recoge Colpisa, y que interpretan como un señalamiento al Poder Judicial.

El lunes, el presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, calificó de «desproporcionada» la reacción de Sánchez después de que un juez abriera diligencias por una denuncia contra su esposa, a la que ayer el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno volvió a negarse a citar en el caso Koldo, por indicios insuficientes.

El malestar en el Poder Judicial llevó a uno de los vocales conservadores, según Colpisa, a acusar a Sánchez de «utilizar las diligencias sobre su mujer y un supuesto clamor social que no es tal para preparar el asalto al Poder Judicial». La desazón cundió además por lo que califican de preguntas «tendenciosas» del CIS sobre las diligencias judiciales contra Begoña Gómez y sobre la imparcialidad de la Justicia. 

«Inoportuno» pronunciamiento

Ese resquemor con el presidente va en aumento entre los togados. Unos vocales le afean que se reconozca como víctima de lawfare, y otros califican de «inoportuno» su pronunciamiento. A mayores, magistrados consultados por El Confidencial acusan al presidente de buscar una reforma legislativa impulsada «por motivos personales», pero que presenta como «regeneración democrática» y dicen que es «inquietante» que reaccione sugiriendo «una regeneración de la Justicia».

La ministra Pilar Alegría no quiso ayer comentar la posibilidad de retomar la reforma que planteó el Gobierno en el 2020 para rebajar las mayorías parlamentarias para renovar el CGPJ, que lleva 5 años caducado, y que retiró ante las quejas de Bruselas. En este sentido, Sánchez dijo que estudiará las propuestas de Guilarte para evitar bloqueos: dar continuidad a la elección parlamentaria de los vocales si estos son ajenos «a toda contaminación política previa» o que el nombramiento de los vocales judiciales —12 de los 20— quede en manos de los jueces.

La mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura y la Asociación Judicial Francisco de Vitoria aseguraron que reducir las mayorías necesarias para renovar el CGPJ «va en contra de todas las recomendaciones de las instituciones europeas». Jueces para la Democracia, en cambio, no rechaza que se rebajen las mayorías para sortear el boicot.