Junqueras dice que sigue «con fuerzas» para liderar ERC y que no quiere «renunciar a nada»

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Oriol Junqueras, durante su comparecencia tras anunciar su renuncia a la presidencia de ERC
Oriol Junqueras, durante su comparecencia tras anunciar su renuncia a la presidencia de ERC Alejandro Garcia | EFE

El presidente de Esquerra reconsidera ahora su posición después de anunciar ayer que dejaba de liderar el partido tras los comicios europeos

16 may 2024 . Actualizado a las 19:58 h.

El aún presidente de ERC, Oriol Junqueras, no se va del todo y buscará el aval de la militancia para intentar seguir liderando Esquerra. «Me quiero someter al aval de la militancia», ha anunciado este jueves, después de que el miércoles comunicase que abandonará la presidencia tras las elecciones europeas. «Me siento capaz», ha señalado. El aval, en principio, lo buscaría en el congreso extraordinario fijado para el 30 de noviembre. De momento, da un paso un lado, pero con la intención de volver si así lo quieren las bases de su partido. No da la partida por perdida y dará la batalla en el congreso con su propio equipo y su lista de dirigentes.

Junqueras no ha aclarado cuál será la posición del partido en el debate sobre la investidura del candidato socialista, Salvador Illa. Más bien se ha desentendido. Esquerra solo asegura que irá a la oposición y que quienes tienen la responsabilidad de buscar un pacto de investidura son el PSC y Junts, las dos primeras fuerzas de las elecciones. Pero los republicanos tienen la llave. El PSC reclama su abstención para facilitar la elección de Illa y Carles Puigdemont propone una alianza independentista para presionar a los socialistas y exigir a Pedro Sánchez que deje gobernar al líder juntero.

«Invito a Junts y PSC a que se pongan de acuerdo», ha dicho en rueda de prensa. «Es lo más natural», ha añadido. «Junts, PSC y comunes han preferido poner palos en las ruedas al Govern, cómo no van a ponerse de acuerdo en formar gobierno», ha rematado. En principio, Junqueras no decidirá en la decisión sobre la investidura, ya que cesará tras el 9-N. La máxima responsabilidad recaerá sobre la número 2, Marta Rovira, que seguirá como secretaria general hasta el congreso. 

El anuncio de Junqueras y Rovira, cediendo a la presión interna del partido

Xavier Gual

El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, y la secretaria general del partido, Marta Rovira, anunciaban anoche su intención de dar un paso atrás. La ejecutiva de ERC se reunió ayer durante cuatro horas y media, con motivo del proceso de reflexión abierto tras la debacle electoral del pasado domingo, en la que los republicanos perdieron 13 diputados, pasando de 33 a 20, y el liderazgo entre las formaciones independentistas en favor de Junts. Al término de la reunión Junqueras anunció que dejará la presidencia de Esquerra después de las elecciones europeas del 9 de junio.  

El segundo anuncio lo difundió Marta Rovira (huida a Suiza para eludir al Tribunal Supremo, que la encausó por el referendo ilegal del 2017) en una carta a la militancia, publicada en su perfil en X, en la que solemnizaba su próximo adiós: «Como militante de base, y por coherencia, he comunicado a los compañeros y compañeras de la dirección nacional que no me presentaré de secretaria general en el próximo congreso nacional», escribió. Al final, parecía que se había impuesto el planteamiento de la secretaria general, Marta Rovira, desde Ginebra. Ella era partidaria de una transición discreta en la que la actual cúpula del partido cediera el paso, frente al del presidente de ERC, que por la mañana y en una carta a la militancia afirmaba que se veía «con corazón y fuerza para seguir».

Hasta hace año y medio, la relación entre Junqueras y Rovira era cordial, casi fraternal. Ambos llegaron a Esquerra de la mano en el 2011 con la misión de rehacer el partido tras otro batacazo electoral de órdago (entonces pasaron de 21 a 10 escaños), el que a la postre supuso el fin del tripartito de izquierdas de José Montilla. Como estaba previsto, la debacle del 12 de mayo, de proporciones similares, ha abierto la caja de Pandora en la centenaria formación, que vuelve a encontrarse ante el fantasma de una crisis interna como la protagonizada por Joan Puigcercós y Josep-Lluís Carod-Rovira en aquellos tiempos no tan lejanos.

Con ERC en el poder, la relación entre el presidente y la secretaria general, su sucesora natural antes de que llegara el procés, se fue enfriando. Ambos discrepan en lo fundamental: el primero está por la labor de seguir liderando la nueva etapa del posprocés; la segunda es partidaria de una renovación total de personas y estrategias, de manera ordenada, eso sí, pero con liderazgos nuevos. Aragonès está con ella. La misma noche electoral pidió asumir responsabilidades «individuales y colectivas». Las individuales las tomó al día siguiente con su renuncia, mostrando el camino a seguir al líder, que se lo miraba parapetado tras las cámaras.

Pero, ¿hay alternativas al liderazgo de Oriol Junqueras? Aunque el suyo es un liderazgo en revisión, a día de hoy no, lo que no quiere decir que no puedan aparecer en el cónclave de noviembre. Una parte de la militancia, la más genuinamente independentista, muy crítica con la actitud conciliadora de los últimos años, se siente traicionada por la dirigencia. 

Al presidente indultado se le reprocha una supuesta actitud servil hacia el Gobierno de Pedro Sánchez. Y no les basta con el adéu de Aragonès. Este miércoles, el que fuera portavoz en el Congreso, Joan Tardà, daba su apoyo explícito al presidente, al que considera un «gran capital de Esquerra» y que «se ha ganado el derecho de que las bases lo avalen nuevamente».

«Evitar cortarnos las venas»

En cualquier caso, la crisis en ERC es un obstáculo añadido a las ya de por sí complicadas negociaciones para la investidura del próximo presidente de la Generalitat. El propio Tardà se mostró partidario de facilitar el camino al socialista Salvador Illa, y no a Puigdemont, mediante una «oposición colaborativa», para evitar «cortarnos las venas» con una repetición electoral. No opina igual el consejero de Interior de la Generalitat en funciones, Joan Ignasi Elena, exdirigente del PSC, para quien los republicanos no están «ahora» en la tesitura de investir a Illa. Según Elena, son los socialistas los que tienen que «iniciar las conversaciones» y ver «cómo se sale de esta situación».