Rebelo define la relación con España como «una amistad para siempre»
16 jul 2024 . Actualizado a las 22:39 h.Lisboa acogió este viernes la primera visita oficial de la princesa Leonor al extranjero. La heredera al trono había sido invitada hace escasas semanas a Portugal por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, lo que en la Zarzuela se consideró como un destino ideal para su primer viaje oficial en solitario al extranjero.
Prueba de que la importancia de esta cita era recíproca es que el jefe de Estado portugués se desplazó personalmente, fuera de lo previsto, al aeropuerto militar Figo Maduro, donde recibió a la princesa. Fue el preludio de un despliegue protocolario y diplomático que demostró el carácter histórico de la jornada, pero que no obstaculizó un recibimiento cercano y cariñoso por parte de Rebelo de Sousa —premio Fernández Latorre 2018—. Más adelante, este diría informalmente a los periodistas, sorprendido, que el encuentro estaba yendo «muy bien».
La heredera estuvo acompañada, además de por el presidente luso, por el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares; y por el jefe de la Casa Real, Camilo Villarino. Fue recibida con la máxima pompa por un cordón de honor, con presencia del ministro de Exteriores luso, Paulo Rangel; del embajador de Portugal en España, João Mira Gomes; y su homólogo español en Lisboa, Juan Fernández Trillo.
A continuación, las comitivas se dirigieron hacia la desembocadura del río Tajo para visitar uno de los lugares más simbólicos de Portugal: el Monasterio de los Jerónimos, Patrimonio de la Humanidad, en el que yacen figuras clave de la historia lusa como el navegante Vasco da Gama y los poetas Fernando Pessoa y Luís de Camões. Frente a la tumba de este último, autor de Os Lusíadas, Leonor de Borbón realizó una ofrenda floral durante un momento de gran solemnidad, antes de continuar con una pequeña visita a la basílica y el claustro.
Salió de allí escoltada por un escuadrón de caballería, hasta llegar al vecino Palacio de Belém, residencia oficial del presidente luso, donde fue recibida con honores de jefa de Estado. La visita ahonda en la «excelente relación» entre el presidente y la Casa Real española, como habían puesto de relieve las dos partes con anterioridad, pero refuerza sobre todo los lazos entre ambos Estados, que Rebelo de Sousa definió como «una amistad para siempre».
Gran Cruz de la Orden de Cristo
Lo hizo durante el momento más simbólico de toda la jornada, cuando impuso a la princesa Leonor la condecoración de la Gran Cruz de la Orden de Cristo, distinción honorífica que raramente se otorga a mandatarios extranjeros, pero que ya había recibido el actual rey español, Felipe VI, en 1988. «Es un homenaje a vuestra alteza, al Reino de España y a nuestra amistad para siempre», proclamó el mandatario portugués.
En un breve discurso, Leonor respondió a la cercanía de Rebelo de Sousa destacando la «hospitalidad y enorme cariño» con que fue recibida. Aseguró sentirse «como en casa», al igual que sus padres, que también visitaron Portugal en su primera cita oficial hace diez años: «No puedo negar lo especial que es para mí estar hoy aquí». No mencionó, sin embargo, la breve etapa que su abuelo, Juan Carlos I, pasó en Lisboa antes de ser nombrado por Franco, ni las cuatro décadas que su bisabuelo, Conde de Barcelona, vivió en Estoril.
Además, la heredera afirmó que ambos países «comparten una vecindad que va mucho más allá de la simple proximidad geográfica». «Es una vecindad que abarca muchas dimensiones y que se traduce en una amistad sincera y un respeto profundo y mutuo entre nuestros dos países», resaltó antes de brindar por las «magníficas» relaciones bilaterales.
Como es habitual en los viajes oficiales de la monarquía española, esta visita pretendía tener «un enfoque particular en la protección del medio ambiente y la conservación de los océanos, temas prioritarios para Portugal y España». Por eso, tras el almuerzo, toda la comitiva se dirigió al Oceanario de Lisboa, donde la princesa se reunió con jóvenes científicos para reivindicar la necesidad de seguir investigando los mares y persistir en la conservación del ecosistema marino. «Estoy deseando reflexionar juntos sobre nuestro futuro y el de nuestro planeta», dijo Leonor tras el almuerzo.