Solo el empresario y comisionista sabe hasta dónde pueden llegar sus revelaciones sobre el PSOE y el Gobierno en su colaboración con el juez, pero ya ha apuntado en cinco direcciones
23 nov 2024 . Actualizado a las 20:41 h.En el PSOE y en el Gobierno contienen la respiración. Aunque de puertas para fuera aseguren que Víctor de Aldama no podrá probar ninguna de las gravísimas acusaciones que vertió durante su declaración ante el juez Ismael Moreno, en realidad nadie, ni siquiera la Fiscalía Anticorrupción, sabe hasta dónde va a llegar o puede llegar el conseguidor para seguir esquivando la cárcel y para, llegado el momento, aliviar una condena. Solo el empresario y su abogado, José Antonio Choclán, conocen los documentos que han prometido entregar al fiscal Luis Pastor.
A la espera de conocer los papeles de Aldama —facturas, mails, wasaps escritos y audios, anotaciones y fotografías— la legislatura se mantiene en vilo. Las únicas pistas son los cinco caminos que ya ha esbozado el propio comisionista y han anticipado los informes de la UCO de la Guardia Civil.
Víctor de Aldama abrió la caja de los truenos al asegurar que Koldo García entregó a Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE, 15.000 euros en un bar enfrente de Ferraz como parte del «cupo vasco», dando a entender que cada federación se financiaba con mordidas de adjudicaciones en su territorio. Choclán cortó su declaración y prometió seguir con este asunto en «otra ocasión».
No fue ninguna sorpresa que en su declaración desmenuzara las mordidas que entregó a José Luis Ábalos y a su asesor Koldo García. Aldama, aproximadamente, sostiene que soltó un millón de euros a Ábalos entre 2019 y 2022 y la mitad a Koldo. La gran sorpresa surgió con la acusación de nuevas comisiones al expresidente canario y ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y a Carlos Moreno, jefe de gabinete de la ministra María Jesús Montero. Según Aldama, el primero le pidió 50.000 euros por la gestión de las mascarillas en el archipiélago y el segundo cobró 25.000 euros por aplazar el pago de los impuestos a la Agencia Tributaria.
Aldama no hizo la más mínima acusación punible contra Pedro Sánchez, pero sí que puso en duda la versión del presidente sobre la famosa foto de ambos juntos diciendo que fue en un reservado del mitin, no fue espontáneo. El jueves, el llamado Delcygate pasó definitivamente de una incomodísima y todavía misteriosa escala en Barajas a una suerte de viaje de Estado clandestino, salpicado de un rosario de irregularidades.
Marlaska sale malparado
Aldama confirmó que la intención del viaje de Delcy Rodríguez era entrar en territorio nacional y quedarse varias jornadas en un chalé del lujoso barrio madrileño de El Viso. Allí, afirmó el empresario, se iba a reunir con Sánchez y con Fernando Grande-Marlaska, Salvador Illa, Teresa Ribera y José Luis Ábalos.
Marlaska salió especialmente malparado. El ministro fue señalado por el imputado por haber dado todo tipo de instrucciones para facilitar la escala y para garantizar la seguridad del chalé.
Las reuniones de Begoña Gómez con Aldama fueron el germen de las informaciones periodísticas que, tras el estallido del caso Koldo, se convirtieron en los mimbres del caso Begoña Gómez. La esposa del presidente del Gobierno fue situada por Aldama en su declaración en al menos una reunión con él mismo, la vicepresidenta Teresa Ribera y el CEO de Air Europa, Javier Hidalgo, en 2020, en coincidencia temporal con el rescate de la aerolínea. El encausado no reveló ninguna gran novedad sobre esos encuentros, aunque el interrogatorio pasó de puntillas por ese asunto.