El PSOE intenta frenar la cuestión de confianza sin irritar más a Puigdemont

A. P. Muiña REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

El secretario general y el presidente de Junts, Jordi Turull y Carles Puigdemont; y el presidente y la secretaria general de ERC, Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, respectivamente, en Waterloo
El secretario general y el presidente de Junts, Jordi Turull y Carles Puigdemont; y el presidente y la secretaria general de ERC, Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, respectivamente, en Waterloo Junts | EUROPAPRESS

Vuelve a posponer su debate en la Mesa del Congreso para ganar tiempo

17 ene 2025 . Actualizado a las 12:03 h.

La mayoría de PSOE y Sumar en la Mesa del Congreso ha vuelto a retrasar la decisión sobre si admitir a trámite o no la proposición no de ley presentada por Junts el 9 de diciembre en la que exige al presidente Pedro Sánchez que se someta a una cuestión de confianza.

Es la segunda vez que la Mesa pospone pronunciarse al respecto. La primera fue en la reunión del 17 de diciembre, cuando ya la dejó en el aire. Y ayer volvió a hacerlo para ganar tiempo y negociar con Carles Puigdemont una salida, pues la cuestión de confianza es una prerrogativa del presidente del Gobierno y, de debatirse, no tendría efectos jurídicos, según los letrados de la Cámara Baja, quienes también opinan que no obliga al Gobierno a cumplirla en caso de ser aprobada. Y es que la situación es inédita. Nunca se había forzado de esta forma a un presidente a consultar los apoyos con los que cuenta en el Congreso. Para ello existe la fórmula de la moción de censura.

Los servicios jurídicos de la Cámara propusieron cuatro salidas al embrollo creado por Junts para pervertir la figura de la cuestión de confianza: tramitar la iniciativa, que la Mesa deje claro que no tendrá efectos jurídicos, pedirle a Junts que la reformule para que incluya esa cláusula o bien vetar su admisión.

Junts lo que busca son los efectos políticos: poner al Gobierno frente al espejo de los apoyos parlamentarios para que sea consciente de que carece de la mayoría que lo apoyó para investir a Pedro Sánchez, y que no podrá aprobar los Presupuestos del 2025. En ese sentido, Sumar considera que la iniciativa es solo una maniobra de Junts y el Gobierno no debe caer en su juego. Una excepción es Compromís, que dice que no hay que temer al debate. En IU, Antonio Maíllo, instó a Junts a dejarse de «fuegos de artificio» que benefician al PP y a Vox y a centrarse en los problemas de la gente. Desde el PSOE, aunque no quieren romper con Puigdemont, hace días que deslizan que el Ejecutivo puede prescindir del apoyo de Junts y gobernar prorrogando los presupuestos. El que Sánchez convocase elecciones tampoco es una opción de oro para Junts, pues puede pasar al ostracismo si sus [ahora siete] diputados dejan de ser imprescindibles para un futuro Gobierno, del signo que sea.