
Incorpora a Alberto Nadal en economía y mantiene a Sémper de portavoz
05 jul 2025 . Actualizado a las 12:22 h.El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, sacudió ayer cualquier sombra que pudiese enturbiar el objetivo del congreso nacional inaugurado ayer en Madrid: el cierre de filas alrededor de su liderazgo y la demostración de músculo orgánico y puesta a punto electoral frente a la crisis del PSOE. Lo hizo antes incluso de que comenzase la cumbre, despejando las incógnitas que quedaban en el aire con la incorporación de Alberto Nadal, quien fue secretario de Estado de Presupuestos y Gastos en el Gobierno de Mariano Rajoy.
Hermano del exministro Álvaro Nadal, se encargará de Economía y Desarrollo Sostenible, puesto al que accederá cuando finalice sus obligaciones laborales en Estados Unidos. El nombramiento no implica la salida de Juan Bravo, que venía desempeñando ese cargo en el comité de dirección, ya que se hará ahora con Hacienda, Vivienda e Infraestructuras. Feijoo incorpora así a un perfil ministrable para la planta noble de Génova. Fuentes del partido exponen que la ejecutiva confeccionada por el presidente popular presenta ya los «mimbres para gobernar», conjugando estos roles con otros llamados a activar la maquinaria electoral y enriquecer el ideario político. A esto último responde la entrada de la eurodiputada Alma Ezcurra, en Coordinación Sectorial.
En la dirección continuará Borja Sémper como portavoz del partido, y Alicia García seguirá también en el Senado. Además, el andaluz Elías Bendodo se mantiene como vicesecretario de Política Autonómica y Municipal, de forma que las únicas salidas de la ejecutiva serán las de Ana Alós y Paloma Martín.
Los populares conciben este cónclave extraordinario como un evento de consagración de su líder, fijando la mirada en alcanzar una mayoría lo suficientemente holgada como para que a Feijoo le den los números para gobernar. En ese engranaje será clave la elección de Miguel Tellado como secretario general, plenipotenciario y con total margen de maniobra al asumir también las tareas de organización, cargo que se fusiona en el organigrama del comité de dirección.
El Partido Popular activa el modo electoral a partir de este congreso, con refuerzo de la cuota gallega a partir del tándem Feijoo-Tellado, y también con peso madrileño tras las entradas de Azcurra y el diputado Jaime de los Santos, ambos próximos a la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso. La mesa del congreso está presidida por el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, un gesto hacia Cataluña. La presidenta provincial de Lugo, Elena Candia, fue elegida vocal.
El PP aprueba sus nuevos estatutos tras negociar enmiendas para evitar el debate
Las ponencias política y estatutaria fueron aprobadas ayer a última hora de la tarde sin lugar a polémicas. Desde Génova se impuso una pax romana para negociar, durante las últimas semanas, cualquier enmienda, y evitar así debates espinosos durante el cónclave de Ifema. Ayuso era partidaria de modificar el modelo de primarias para que cada afiliado aportase un voto para la elección del presidente del partido, pero finalmente optó por no plantear alternativa.
En cuanto al ideario político, el punto discordante más sonoro partía del líder del PP catalán, Alejandro Fernández, con una enmienda para evitar cualquier pacto con Junts. Pero, al final, ni eso. Fernández y Feijoo pactaron que el documento contemple que «la defensa del Estado, la Nación y el orden constitucional sean objetivos irrenunciables» en la política de acuerdos. Un añadido que, en realidad, ya se desprendía del borrador inicial.
El PP se aseguró así el inicio de un congreso pacífico, sin tensiones territoriales o ideológicas de peso que empañen la imagen de unidad y respaldo que pretenden proyectar alrededor de su líder. Y, más importante aún, sin opacar la profunda crisis interna que afrontan los socialistas hoy en su comité federal.
«Son las 5 y no he comido»
Sin ningún elemento que perturbe la balsa de aceite en la que se desarrolla el congreso, la cita sirve de reencuentro para decenas de afiliados, que formaban corrillos o se sacaban selfis en la plaza creada en la antesala del plenario, con puestos de Nuevas Generaciones, del PP europeo o de la fundación FAES, presidida por José María Aznar, quien firmó varios ejemplares de su libro al llegar. Había también un estand de la Comunidad de Madrid, desde la que la presidenta Ayuso se acercó a comer de un bol de fresas y a ofrecerlo a los militantes. «¿La fruta? Está buenísima, me encanta», bromeó, recordando uno de sus lemas políticos.
Y, por supuesto, un punto de venta donde serigrafiar camisetas con lemas como «No soy presidente porque no quiero» —frase que Feijoo dejó para la hemeroteca en el Congreso— o «Bueno, son las cinco y no he comido», pronunciada por Sánchez en su primera comparecencia tras la dimisión de Santos Cerdán.
Gamarra se despide con un PP «imparable»
Cuca Gamarra se pronunció ayer por última vez como secretaria general del PP. Lo hizo ante el plenario del congreso nacional para presentar el informe de gestión del partido, en el que repasó la trayectoria de los últimos tres años con Alberto Núñez Feijoo al frente del Partido Popular, en los que construyó una formación política «más unida, más fuerte y con más experiencia de gobierno».
La próxima responsable del macroárea de Justicia, Interior y Defensa en la directiva popular se despidió del cargo recordando la «situación crítica» de la que partían en la etapa de Pablo Casado, con quien compartió asiento en la ejecutiva. La todavía número dos de Feijoo valoró que los populares hayan ido «recabando el apoyo creciente de la mayoría de los españoles en las urnas», hasta convertirse en «alternativa de gobierno», con una trayectoria «ascendente» e «imparable». El partido, aseguró, está «a punto» para salir a ganar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Gamarra advirtió que España «pasa por momentos muy difíciles» ante el «deterioro» de las instituciones y de los servicios públicos, con «Sánchez y su clan» emprendiendo una «huida hacia adelante» ante los casos de corrupción que afectan al PSOE. Una actitud «obscena» y con consecuencias en el bienestar económico y social del país, lamentó la dirigente popular.
Frente a ello, elevó al PP como «alternativa para desalojar la corrupción de la Moncloa» y para «devolver a los españoles la confianza en las instituciones».
La secretaria general saliente situó en las elecciones autonómicas y locales del 2023 «un punto de inflexión» para el PP, siendo la primera fuerza en nueve de las 14 comunidades y ciudades autónomas, y también en más de 3.300 municipios. «Nos capacita para decir a los españoles que somos la solución», expuso.
Gamarra elogió también el resultado electoral en las gallegas del año pasado, con Alfonso Rueda logrando la quinta mayoría absoluta para el partido en Galicia: «Un hito que muy pocos tienen la capacidad de conseguir».