El juez cita a la novia de Ana Julia Quezada porque la asesina de Gabriel Cruz la usó para amenazar de muerte a la madre del niño

Iago García
I. GARCÍA LA VOZ

ESPAÑA

Ana Julia Quezada, durante el juicio por el crimen de Gabriel Cruz en la Audiencia Provincial de Almería.
Ana Julia Quezada, durante el juicio por el crimen de Gabriel Cruz en la Audiencia Provincial de Almería. Carlos Barba | EFE

La mujer está siendo investigada a raíz de una testigo que estuvo en prisión con Quezada y le escuchó decir «en reiteradas ocasiones» que usaría a su pareja para atentar contra Patricia Martínez al estar «loca por ella»

11 jul 2025 . Actualizado a las 13:02 h.

Ana Julia Quezada, encarcelada desde 2018 por el asesinato del niño Gabriel Cruz, a quien mató por entorpecer su relación con el padre del pequeño, está siendo de nuevo investigada por graves amenazas de muerte contra Patricia Ramírez, madre del menor almeriense. El reciente enfrentamiento entre ambas se debe a la intención de la asesina confesa, condenada a prisión permanente revisable por lo ocurrido, de grabar un documental sobre el crimen, algo contra lo que se posicionó Ramírez, paralizando una producción de true crime que sería inmensamente dolorosa para el círculo más próximo al pescaíto, como se denominaba a Gabriel de forma cariñosa.

La denuncia pública de la madre Gabriel, acusando a Quezada de querer «lucrarse con la muerte» del menor, llevó al aislamiento en la cárcel de Brieva de la asesina. Al parecer, Ana Julia, habría tenido acceso a un teléfono móvil que le permitió entablar contacto con el exterior y avanzar en su plan de recibir dinero por contar la macabra forma de acabar con la vida del niño. Para más inri, ese dispositivo ilícito se lo habrían dado los propios funcionarios, a cambio de mantener relaciones sexuales con ellos, cuestión por la que también se abrió una investigación en la cárcel segoviana, después de que el pasado mayo Patricia Ramírez denunciara estos os hechos ante la UCO de la Guardia Civil  

Ramírez, compungida también ante semejantes informaciones, se erigió en firme defensora de familiares de víctimas como su hijo, pidiendo en la comisión de Interior del Senado una regulación para que las producciones audiovisuales que rememoran este tipo de crímenes se supervisen.

La novia de Quezada, empleada para amenazar a Patricia Ramírez

Unos movimientos de Ramírez que, al parecer, no han hecho más que aumentar el enconado enfrentamiento que ambas mantienen. Hasta el punto de que se abre para Ana Julia Quezada un nuevo frente judicial. Ahora un juzgado la investiga por las supuestas amenazas de muerte realizadas a la madre del niño. Y no solo a ella, también a su actual novia, a la que emplearía para ejercer las coacciones, al estar ella entre rejas. La pareja de Ana Julia también está citada ante el juez, después de que una testigo del mismo penal en el que Quezada está interna, asegurase que escuchó «en reiteradas ocasiones cómo amenazaba con matar a Patricia Ramírez». Los investigadores ven capaz a la autora de la muerte de Gabriel Cruz de actuar de ese modo, ya que según el testimonio aportado su novia «está loca por ella».

«Aterrada» por las amenazas de la asesina de su hijo

«Según las fuentes a ella se le escucha no solamente hablar mal de mi delante de otras personas, si no decir que me quiere matar», señaló la madre de Gabriel Cruz el pasado mayo en rueda prensa. Dijo sentirse además «aterrada» por las amenazas. «He sido informada que en estas diligencias de investigación está mi nombre, teléfono, correo electrónico y hasta la dirección de mi casa, mis datos personales no se han protegido. Toda esa información le ha llegado a uno de los funcionarios que ha tenido relaciones continuas con esta mujer», se expresaba muy contrariada por el presunto trato de favor que la asesina recibe en el penal de Brieva.

«Las facturas son graves psicológicas y físicas, y me da vergüenza tener que convocar una y otra vez una rueda de prensa, me siento impotente, incapaz, y encima las puertas de quién me deberían de defender me las cierran», lamentaba con lágrimas en sus ojos. «Esto no es proteger a las víctimas», concluía.

La desaparición del «pescaíto»

Gabriel Cruz desapareció el 27 de febrero de 2018 mientras pasaba la tarde junto a su abuela y la compañera sentimental de su padre en la finca familiar ubicada en Las Hortichuelas, en el municipio de Níjar, en Almería.

El niño, que tenía solo ocho años, se esfumó mientras recorría el corto trayecto que separaba la casa de su abuela de la de unos familiares, situada a tan solo cien metros. Inmediatamente se activó un amplio dispositivo de búsqueda, pero durante doce días no hubo rastro alguno de él. Con la participación de 3.000 voluntarios y 2.000 efectivos de los servicios de emergencia, fue la operación de búsqueda más grande jamás realizada en España por una persona desaparecida.

Imagen de archivo de Ana Julia, con el padre de Gabriel, en un acto de apoyo a la familia
Imagen de archivo de Ana Julia, con el padre de Gabriel, en un acto de apoyo a la familia Chema Artero | EFE

Lo que nadie imaginaba entonces era que una de las personas que más aparentaba sufrir por la desaparición del menor era, en realidad, la autora del crimen. Se trataba de Ana Julia Quezada, pareja del padre del niño, quien acabó confesando el asesinato tras ser arrestada, después de que la Guardia Civil encontrara el cuerpo de Gabriel en el maletero de su vehículo. Antes dio falsas esperanzas a la familia, entregando una camiseta del menor que supuestamente había encontrado. Lo que llamó la atención de los investigadores es que estaba completamente seca, cuando ese día había llovido.