El último pleno del Congreso antes del verano: entre el homenaje a la Pasionaria y los vetos a los comunicadores

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

José Luis Ábalos accede a su escaño en el Congreso de los Diputados este martes.
José Luis Ábalos accede a su escaño en el Congreso de los Diputados este martes. Fernando Sánchez | EUROPAPRESS

El exministro Ábalos se persona en el último pleno y defiende su inocencia

22 jul 2025 . Actualizado a las 20:53 h.

El Congreso cierra el candado por vacaciones. El último pleno del curso vino agitado por anuncios, polémicas, despedidas y bienvenidas. Una última sesión parlamentaria que no quería perder la tradición de que las rencillas políticas se den dentro pero también fuera del hemiciclo.

Las cuestiones de género tomaron protagonismo durante la mañana. Habida cuenta de la reforma interna de Ferraz para impulsar su imagen feminista, PSOE y Sumar acordaron en la Mesa del Congreso dar un nuevo lustre a la «casa de todos». El próximo curso el edificio contará con retratos de nueve mujeres políticas que tuvieron escaño durante la Segunda República —Entre ellas Dolores Ibarruri, conocida como La Pasionaria—. Una cuestión a la que no se adhirió el PP, que no quiso votarla, y que ya fue propuesta por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, el año pasado.

Durante la mayor parte de la mañana y el mediodía, se echaron en falta a figuras como los populares Alberto Núñez Feijoo y Miguel Tellado, la práctica totalidad del Consejo de Ministros, los dirigentes de Sumar, la bancada de Junts al completo y una larga ristra de diputados de todos los signos. Vacaciones anticipadas a las que no se adhirieron Néstor Rego (BNG), Ione Belarra (Podemos), Gabriel Rufián (ERC), Patxi López (PSOE) o Santiago Abascal (Vox).

Pero con la afluencia de los primeros diputados, en seguida empezaron a llover los puñales entre unos y otros.

Secretos y vetos

La Cámara Baja dedicó antes de arrancar la sesión plenaria un minuto de silencio al exministro de la Presidencia Javier Moscoso y al histórico expresidente de la Federación Socialista Madrileña, José Acosta, por la muerte de ambos a finales de la semana pasada.

El levantamiento de documentos oficiales por parte del Gobierno fechados desde 1981 provocó los primeros cruces. El portavoz de los republicanos catalanes, Gabriel Rufián, aseguró en los pasillos del Congreso que la decisión «está bien para dejar de hablar de según qué cosas», en velada referencia a los casos de corrupción de Santos Cerdán y Cristóbal Montoro, e ironizó con que «vamos a saber antes quién mato a John F. Kennedy que quién estuvo detrás del 23F», aunque dejó caer que «igual come en Abu Dabi, en mención al rey emérito Juan Carlos I. Por su parte, Mertxe Aizpurua (EH Bildu) aseguró que «está bien para empezar» pero que la norma tiene que ser más ambiciosa. Dejó también otro dardo para el PSOE, muy habitual entre los socios de investidura: «Con nosotros no han negociado nada».

Pero no solo los socialistas fueron el blanco de críticas. Con la votación de la reforma del Reglamento parlamentario para prohibir la acreditación a seudoperiodistas como Vito Quiles o Bertrand Ndongo. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, mencionó a ambos para referir que «deberían de estar siendo jugados en la Audiencia Nacional por terrorismo» y criticó que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sean conniventes con su ideología. «No les tenemos miedo y nos volveremos a enfrentar en las calles», les dedicó la secretaria general del partido morado que, vestida con una kufiya palestina, también pidió en los pasillos del Congreso «emplear toda la fuerza militar» de la UE para hacer que llegue ayuda humanitaria a Gaza.

Elecciones a la vista

El cierre del curso político también tuvo a la vista unas posibles elecciones generales con las que algunos diputados coquetearon. Especialmente bajo el paraguas de la «amenaza» que supondría un Gobierno conformado por PP y Vox. Algunas voces con más optimismo que otras. Águeda Micó, la diputada de Compromís, aseguró ante la posibilidad de que una fuerza unificada soberanista se presente a las elecciones que «esperamos que quede mucho para las próximas elecciones y lo que queremos en estos momentos es apostar por la continuidad de este Gobierno».

La coalición, que incluiría a su formación, EH Bildu, ERC y BNG en un principio, fue la apuesta personal de Gabriel Rufián. Y fue claro sobre la naturaleza de esa amalgama de fuerzas: «Me da igual cómo sea, me da igual quién lo lidere, me da absolutamente igual, pero es que si aquí no nos ponemos de acuerdo nos van a matar por separado, políticamente». En crítica velada a Sumar, refirió que a la izquierda del PSOE «no hay nada» y que preferiría que fueran las fuerzas «periféricas» las que tomen el timón y ser una fuerza plenamente soberanista, no «creada desde el despacho de una universidad de Madrid con antenas rotas respecto a lo que significa Euskadi y Cataluña».

La guinda a la sesión fue la aparición del exministro de Transportes José Luis Ábalos cuya presencia para las votaciones fue cuestionada habida cuenta de que se le investiga en la trama Koldo. Y sobre esto fue preguntado a su salida del hemiciclo. «Si yo hubiera cobrado comisiones, estarían en alguna parte. Y ese es el afán, encontrar algo», dijo defendiendo su inocencia. Y tan inocente se vio de los cargos que se le imputan, que también dijo, tajante: «Por eso estoy aquí».

El Congreso ya no será «de los Diputados» tras la reforma del Reglamento

A partir de hoy, en el interior de la Cámara Baja se conocerá al Congreso con ese nombre a secas, sin la continuación «de los Diputados», tras aprobarse la reforma del Reglamento impulsada por Sumar y apoyada por el resto de fuerzas salvo PP, Vox y UPN.

La modificación supondrá pocos cambios en la práctica. En el dintel de la puerta del edificio seguirá figurando el nombre completo y, como institución, conservará la nomenclatura completa. Es, simplemente, un cambio interno para la forma en la que los diputados se refieran a la Cámara para «ajustarse al uso del lenguaje inclusivo». Así, también se referirán como Presidencia, Vicepresidencia y Secretarías a los cargos institucionales internos para evitar el uso de «presidente, vicepresidente y secretario». Lo mismo afectará a la corona y a la jefatura del Ejecutivo.

La medida fue objeto de críticas por parte de la oposición, que vieron una cuestión pueril tratar de implementar el lenguaje inclusivo a las reglas de funcionamiento de la Cámara. «Es un verdadero disparate», aseguró la diputada de Vox Lourdes Méndez Monasterio, que además cargo contra el Ejecutivo asegurando que «quienes promueven el lenguaje inclusivo son las mismas que han callado ante los escándalos en los prostíbulos», del PSOE. Desde el PP se limitaron a rechazarla por motivos lingüísticos.