El hijo mayor de Juana Rivas pide que escuchen a su hermano «antes de que sea tarde»

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Llegada de Juana Rivas con su hijo menor al punto de encuentro de Granada el pasado lunes
Llegada de Juana Rivas con su hijo menor al punto de encuentro de Granada el pasado lunes Antonio L Juárez | EUROPAPRESS

Relata que cuando tuvo la misma edad que tiene ahora su hermano pasó por «cinco años de abuso y de maltrato» y pide que a Daniel «no lo seden y entreguen mañana como hicieron conmigo»

24 jul 2025 . Actualizado a las 12:14 h.

El hijo mayor de Juana Rivas, de 19 años, ha pedido en una carta que, antes de que mañana viernes se efectúe la entrega de su hermano, de 11 años, al padre, el italiano Francesco Arcuri, lo escuchen y atiendan «su miedo sin coacciones» para evitar que sea «demasiado tarde».

En esta nueva misiva, hecha pública por la plataforma de apoyo a Juana Rivas y dirigida a «cualquier autoridad competente de España», Gabriel relata que en 2017, cuando tenía 11 años, la misma edad que ahora su hermano, tuvo que regresar con su padre.

«A partir de ahí fueron cinco años de abuso y de maltrato, hasta que tuve el valor de defenderme a los 16. Eran tan evidentes mis heridas cuando pedí ayuda que ya no podían esquivar la situación: le quitaron mi custodia a Francesco y le obligaron a devolverme a mi casa, España», señala.

Dice que ahora, tres años después, su padre «miente» sobre él: «Lo mismo que ya hizo con mi madre», agrega.

«Pero la única verdad es que desde que cumplí 18 años lucho en los tribunales para salvar a Daniel. A ese hombre lo juzgarán en Italia en menos de dos meses por malos tratos continuados hacia nosotros durante años», continúa la carta, en la que traslada su confianza en que en el juicio que se celebrará contra él el próximo 18 de septiembre en Italia por presunto maltrato hacia sus hijos, lo condenen, «porque la Fiscalía aporta muchas pruebas irrefutables».

Y concluye: «No permitan que lo seden y entreguen mañana, como hicieron conmigo hace ocho años. Escuchen a Daniel antes de que sea demasiado tarde».

Finalmente adjunta un documento emitido en su día por la Fiscalía italiana sobre los delitos por los que en septiembre se sentará en el banquillo, así como el testimonio de Itziar Prats Fernández, «víctima de violencia vicaria y violencia institucional», pidiendo que se tenga en cuenta la opinión del menor, Daniel, «por su integridad».

La entrega, fijada inicialmente para el martes pasado pero aplazada por la juez de Primera Instancia 3 de Granada atendiendo a la petición de los profesionales que lo trataron en el punto de encuentro familiar de Granada, tendrá lugar mañana viernes, según lo acordado por la magistrada, pero en condiciones distintas a las del martes: en un lugar privado y con la única asistencia de los progenitores para evitar «exposiciones innecesarias» como la vivida en aquella ocasión, entre una gran expectación mediática y momentos de tensión que hicieron que el menor rompiera a llorar. 

El menor, como firmante, también envió cartas a Naciones Unidas, Amnistía Internacional y la oenegé Save the Children, en las que pide ayuda para poder permanecer en España. «Ayer [por el martes] lo pasé muy mal, durante horas pedí gritando ayuda y les decía a las psicólogas que no me podía ir a Italia», destacó el niño, que aseguró también —como hizo ante los medios a las puertas del punto de encuentro— que su padre le pega y lo trata muy mal.

Francesco Arcuri, el lunes en Granada
Francesco Arcuri, el lunes en Granada PEPE TORRES | EFE

Francesco Arcuri, ex de Juana Rivas: «Encontré a mi hijo destrozado y temo que le laven más el cerebro»

Francesco Arcuri, expareja de Juana Rivas, acudió ayer al punto de encuentro familiar de Granada para reencontrarse con su hijo «después de siete meses sin verlo». Llegó sonriente y esperanzado, pero se encontró a un «niño destrozado», según declaró. Lamenta el espectáculo y la presión que sufrieron sus hijos durante la entrega, que finalmente la jueza aplazó al viernes para evitar «exposiciones innecesarias».

El italiano asegura que en su país jamás le ha hecho falta dar explicaciones porque la Justicia le ha dado continuamente la razón. Confía en poder recuperar pronto a su hijo menor, de 11 años, y denuncia las injerencias de figuras públicas y ministros españoles en un caso que «no conocen bien». Asegura que hay autoridades que instrumentalizan a sus hijos y eso, a su juicio, es también una forma de violencia.

«Lo que pasó ayer fue muy violento para mis hijos. Me encontré a un niño diferente. Es normal después de siete meses en este ambiente tóxico y manipulado», destacó.