Illa apela a la gestión ante la dificultad de asumir los acuerdos con Esquerra
ESPAÑA

El cupo catalán y los presupuestos marcarán el devenir del segundo año de la Generalitat socialista
31 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Salvador Illa confía en la gestión para encarar su segundo año al frente de la Generalitat. El presidente catalán hizo un balance positivo del encuentro de dos días que ha mantenido con los miembros de su ejecutivo en Arnes (Tarragona), con el objetivo de perfilar las líneas maestras del nuevo curso político. Tras inaugurar el bloque quirúrgico del hospital comarcal de Mora de Ebro, el dirigente socialista hizo hincapié en la importancia de los profesionales y equipos directivos que hacen funcionar estas infraestructuras, porque si no «no servirían de nada». Por lo demás, Illa arranca el nuevo curso con las mismas ataduras con las que acabó el pasado, condicionado por una minoría exigua en el Parlamento autonómico que le hace depender de Esquerra y de los Comunes, la marca aliada de Sumar, para sacar adelante cualquier medida. De aquí que apele una y otra vez a la buena gestión y a la mejora de los servicios públicos (incluidos los Cercanías de Renfe y sus sufridos usuarios).
A partir de septiembre, sus principales desafíos serán la financiación singular y la negociación presupuestaria, después del fiasco de sus primeras cuentas, que no pudo aprobar por el veto de Esquerra. El primero, el concierto económico, se encuentra varado a la espera de que el ministerio de María Jesús Montero comience a concretar cifras y fechas. El segundo se antoja una misión casi imposible si no hay avances en el primero. De manera que, si el primer año de Illa en la Generalitat vino marcado por unos presupuestos prorrogados y unos suplementos de crédito que logró aprobar de forma agónica a costa de nuevas concesiones a sus socios, el segundo no pinta mucho mejor.
Y no hay aritméticas alternativas. Por el lado de Junts, el nuevo curso comenzará tal como acabó el pasado, ejerciendo una oposición al PSC abrupta y sin tregua. Puigdemont ha convocado a los grupos parlamentarios en su cuartel general de Waterloo a mediados de septiembre para fijar posiciones. Sin cambios a la vista: palos a Illa en Barcelona y presión calculada (sin ahogar) a Sánchez en Madrid. Hoy por hoy, es la única baza que conservan los posconvergentes, el único escenario del que poder obtener réditos políticos mientras las encuestas pintan bastos con una Aliança de Sílvia Orriols desatada socavando sus cimientos.