Junts pacta con el Gobierno que el catalán sea obligatorio en la atención al cliente de grandes empresas

Cristian Reino COLPISA

ESPAÑA

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, durante la reunión con Salvador Illa en Bruselas el pasado 2 de agosto
El presidente de Junts, Carles Puigdemont, durante la reunión con Salvador Illa en Bruselas el pasado 2 de agosto Jasper Jacobs / Europa Press | EUROPAPRESS

Los de Puigdemont se jactan de conseguir una reforma legal que afectará a todas las compañías de más de 250 trabajadores, también fuera de Cataluña

17 sep 2025 . Actualizado a las 12:39 h.

Un día después de que Carles Puigdemont lanzara el enésimo ultimátum a los socialistas, Junts ha anunciado un acuerdo con el PSOE en el Congreso según el cual la formación nacionalista se jacta de haber conseguido «blindar» el catalán en la atención al cliente en las grandes empresas, incluso fuera de Cataluña.

Junts amenazó el lunes al Gobierno con dar por terminada su relación si en el debate de política general del Parlament de principios de octubre, el PSC no se alinea con las propuesta de resolución que presentarán los independentistas. Los socialistas han respondido este martes que ven asumible la demanda de los secesionistas y además han pactado con los de Puigdemont una reforma legal que convertirá en obligatorio el catalán para trabajadores de servicios de atención al cliente de empresas de más de 250 trabajadores, que facturen más de 50 millones de euros anuales o que presten servicios básicos de interés general. La reforma legal pactada entre los socialistas y Junts no es solo para las empresas que estén ubicadas en Cataluña, sino para todo el territorio español.

Junts exige al Gobierno que en otoño pasen cosas y le reclama avances en la amnistía a Puigdemont, en la delegación de las competencias de inmigración a la Generalitat y en la defensa del catalán. En estas dos últimas carpetas se han producido novedades este martes. La reforma legal que permita al Estado delegar las competencias en inmigración se ha desbloqueado en la Mesa del Congreso y el martes que viene se debatirá por primera vez como pide Junts. En cualquier caso, Podemos amenaza con tumbar su tramitación. La carpeta del catalán es en la que más ahínco están poniendo los soberanistas. A la espera de que el Gobierno avance en la reclamación de que el catalán sea reconocido como un idioma oficial de la UE, junto al gallego y el euskera, una cuestión clave para Puigdemont no rompa con Sánchez, Junts y el PSOE han pactado el blindaje del catalán en el ámbito de la atención al cliente. El acuerdo lo ha comunicado la formación nacionalista en una nota de prensa, en la que los de Puigdemont señalan que han conseguido cambios sustanciales en el proyecto de ley de atención al cliente que se está tramitando en el Congreso. Una norma estatal que regulará los servicios de atención al cliente de las grandes empresas y de operadores de servicios básicos.

Según Junts, el acuerdo asegura el derecho de los ciudadanos catalanes a ser atendidos en el idioma de Pompeu Fabra por parte de las empresas. Junts señala que la norma evita la invasión de competencias de la Generalitat con una disposición adicional.

Entre las enmienda pactadas, que aún han de ratificarse en la ponencia en el Congreso, destaca la formación obligatoria en catalán para los trabajadores de los servicios de atención al cliente para que puedan atender en esta lengua con garantías. La segunda enmienda sustituye la obligación de estos trabajadores de responder como mínimo en castellano por «hacerlo en la lengua oficial con la que se haya dirigido el cliente a la empresa». Las comunicaciones escritas y verbales de la empresa con el cliente también se adaptarán a la lengua elegida por el consumidor al iniciar el contrato, según establece la reforma acordada por los socialistas y los catalanes.

Según los nacionalistas, las medidas consensuadas con los socialistas suponen un cambio de paradigma, pues pone a su juicio «por delante el derecho del consumidor a ser atendido en catalán, sin que dependa de la buena voluntad de la empresa o de su ubicación territorial». La nueva ley, según Junts, afectará a las compañías eléctricas, a las suministradoras de gas, las de agua, las telefónicas, las aeronáuticas, ferroviarias, de transporte por carretera, servicios postales, plataformas audiovisuales, entidades bancarias y financieras, seguros y servicios públicos.

La ponencia de esta ley estaba convocada para este martes, pero ha sido desconvocada, por lo que los grupos tendrán que poner nueva fecha para empezar a analizar las enmiendas e incluirlas en el texto de la reforma legal. La norma pasará luego por la comisión de consumo y finalmente llegará al pleno. Si aprueba la reforma legal, lo remitirá al Senado.