El líder del Ejecutivo valenciano lleva meses en el foco por las averiguaciones de la jueza de la dana y sus cambios de versión
03 nov 2025 . Actualizado a las 10:34 h.Carlos Mazón supuso una china en el zapato de Feijoo desde el término de las elecciones municipales y autonómicas de mayo del 2023. Sánchez reaccionó adelantando las generales y ahí estaba el entonces futuro presidente autonómico dándole munición: en solo 20 días cerró su acuerdo de Gobierno con Vox. Un pacto idéntico en cuatro autonomías, y que duró hasta julio del 2024. Pero Mazón fue el primero en enseñar las cartas. En Extremadura, donde acudirán a las urnas el 21 de diciembre, ese as tardó el doble en destaparse.
El partido de Abascal abandonó el Consell 15 semanas antes de la dana. El 29 de octubre definió irremediablemente el futuro político de Mazón. Pero sus constantes cambios de versión y las averiguaciones de la jueza que instruye la causa penal de la dana han minado de forma considerable su resistencia en el Palau.
Primero aseguró que llegó al Cecopi «pasadas las siete» y que estuvo «comunicado todo el rato personalmente con todo lo que ocurría». Posteriormente, la propia Generalitat aclaró con las imágenes de las cámaras de seguridad que llegó a La Eliana a las 20.28 horas, 17 minutos después del envío de la alerta a los móviles de los valencianos.
				
		
			
		
		
												
								
    	
El 5 de noviembre del año pasado, Mazón aclaró que tuvo un «almuerzo de trabajo» con la periodista Maribel Vilaplana. La comunicadora, en una carta abierta publicada en septiembre, aclaró que la comida acabó entre las 18.30 y las 18.45 horas. Es decir, sesenta minutos más tarde de lo que su entorno había especificado.
La jueza instructora ha evitado hasta hace bien poco poner el foco en Mazón. De hecho, rechazó la testifical de Vilaplana y fue la Audiencia Provincial, en una de las escasas rectificaciones a la magistrada, la que le instó a aceptar este testimonio, previsto para mañana. Ruiz Tobarra propuso primero a Mazón declarar como testigo. Pero en su última citación le convocó, siempre de forma voluntaria, como investigado. Un cambio que, para Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de Víctimas Dana 29 de octubre —una de las muchas acusaciones populares—, le convierte a todas luces en «medio imputado».
				
		
			
		
		
												
								
    	
Mazón aclaró también que acudió al céntrico restaurante de Valencia en calidad de líder del PPCV, y no como jefe del Consell. Una aclaración que le habilitaría para evitar presentar un recibo del almuerzo. La jueza, en cambio, sí que ha solicitado a Vilaplana el tique del aparcamiento al que acudió después de la comida con el político alicantino.
El listado de llamadas de Mazón el 29 de octubre del 2024, que entregó Presidencia a las Cortes Valencianas, ha sido incorporado a la causa judicial. Este registro incluye seis llamadas atendidas a Salomé Pradas, la entonces consejera de Interior y máximo rango del Consell en el Cecopi, y dos inatendidas, a las 19.10 y a las 19.36. En la primera, según dijo Pradas a El Diario, pretendía explicarle todo sobre el envío de la alerta. Del listado resuenan los 37 minutos, entre las 18.57 y las 19.34 horas, en los que Mazón no hizo ninguna llamada.
				
		
			
		
		
												
								
    	
Su tibia afirmación de un período de reflexión el jueves, con el anuncio de una comparecencia —el Gobierno valenciano aclaró que eran sus citaciones en las comisiones de investigación— lastró la agenda del PP, al darse el mismo día en el que el partido concretó la declaración de Sánchez en la comisión del caso Koldo en el Senado. Una fecha clave, con la que el PP amagaba al menos desde mayo del 2024.