Un «revival» de los ochenta

ELECCIONES GENERALES 2008

Mientras el PP esconde a su vieja guardia, González, Guerra, Ibarra y Pujol sudan la camiseta en campaña

25 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Soy un viejo roquero de la política», dijo Felipe González hace unos días en un mitin en A Coruña, en una de las muchas escalas de la intensísima campaña que desarrolla el ex presidente del Gobierno. Pero no es el único. Como un revival nostálgico de la década prodigiosa de la democracia española -los ochenta-, su pareja de hecho política, Alfonso Guerra, también está ayudando a los chicos por los que no daba un duro, pero que los guerristas finalmente apoyaron en el Congreso que en el 2000 aupó a Zapatero al liderazgo del partido.

Mientras el PP limita el protagonismo de su vieja guardia -Aznar está especialmente ausente- e incluso deja en un segundo plano al ala más derechista que encarnaría Ángel Acebes o Eduardo Zaplana, el PSOE no tiene tanto rubor en sacar a pasear a sus viejas glorias. Es evidente que los grandes activos políticos no pueden permanecer al margen del principal objetivo socialista estos días: la movilización de su electorado potencial en un escenario de empate técnico. Y en cuestión de movilización, qué mejor que González, Guerra y... Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que ayer debutó en campaña y demostró que aún guarda el tarro de las esencias españolistas de su partido junto a José Bono. «Es importante que el PSOE gane las elecciones generales con los máximos apoyos posibles, para no depender de minorías nacionalistas que, no solo aspiran a tener más dinero, sino también a hacer lo de Kosovo», dijo el ex presidente extremeño.

Agradecimiento

En el macromitin de Dos Hermanas, Zapatero reconoció ayer el esfuerzo de estos políticos de raza que se fraguaron en la transición y despuntaron en los ochenta, especialmente el de Felipe González, de quien dijo que estaba «sudando la camiseta». Zapatero y González coincidieron en un acto el pasado 16 de febrero en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), y el ex presidente le confesó que está haciendo ahora más mítines que cuando él era el cabeza de cartel de los socialistas.

Muy cerca de Hospitalet, en Barcelona, Jordi Pujol asistía ayer a uno de los mítines centrales de CiU para arropar a Duran i Lleida, después de movilizar a la vieja guardia convergente para que apoye de forma creíble al candidato democristiano y, quizás, no tan nacionalista. Parece que Pujol ha impuesto el ritmo de la campaña y una música retro ha vuelto a sonar en los mítines. Más seny y menos soberanismo.