Feijoo reta a leer las páginas del libro blanco que Zapatero no leyó
06 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Hace una semana fue Alberto Ruiz Gallardón el que visitó A Coruña en plena campaña electoral. Ayer, le tocó el turno a Esperanza Aguirre. Para que no haya celos. Claro que la meteorología le jugó una mala pasada a la presidenta de la Comunidad de Madrid y desvió su vuelo. Llegó con el tiempo justo para el mitin y no pudo dar un paseo por la ciudad en el que hubiera podido rivalizar en popularidad con su querido Alberto .
Esperanza Aguirre llegó a A Coruña con un buen regalo bajo el brazo para sus simpatizantes: «Me acaba de llamar el presidente de la Generalitat valenciana, Paco Camps, para decirme que tenemos el primer tracking que dice que el PP se pone por delante». Con chaqueta roja entallada, pantalón gris e impecablemente peinada, Aguirre se mantuvo fiel a su línea y al discurso del partido. Culpó a «Maleni» del retraso del AVE a Galicia, cargó contra el Gobierno por haber dialogado con ETA y haber puesto en la calle a De Juana Chaos, acusó a Zapatero de mentir y resumió el discurso del PP en dos principios: «España y libertad»
Tras haber oído gritos de «guapa», «Esperanza, tu vales mucho», y haber pedido permiso para decir «La Coruña», lanzó un reto a todos los asistentes: convencer a los indecisos para que voten al PP de modo que «Zapatero y Sonsoles tengan que hacer las maletas».
Le había precedido en el estrado el líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, mucho más crecido que la víspera, en el acto en que participó Mariano Rajoy en Vigo. En su boca, la «Maleni» de Aguirre se convirtió en «Mandatela» cuando criticó la falta de infraestructuras, y Pepe Blanco, «en el mejor estadista después de Churchill». En A Coruña, recurrió al lenguaje marinero: «Hace falta un buen capitán y una buena tripulación, pero a los socialistas la llegada de la primera tempestad casi se les hunde el barco». Y utilizó al libro blanco que Zapatero puso sobre la mesa el día del último debate con Mariano Rajoy. «Vamos a leer todos juntos las páginas que el otro día ZP no leyó». Lo resumió en fuerte subida del desempleo, ralentización en la construcción de viviendas e incremento en las hipotecas de las familias.