Hay madres que este domingo están de estreno. Una de ellas es Paula, que acaba de dar a luz a su primer hija. «Admito que estaba asustada, ser nai vai ser complicado, pero nada máis, leva sendo así dende sempre».
04 may 2015 . Actualizado a las 11:31 h.Desde hace unos quince días Paula ya no es la que manda en su casa. Los horarios para levantarse, comer, dormir incluso para salir fuera no los marca ella sino Sabela. Tiene poco más de dos semanas pero sus deseos, o mejor dicho sus lloros y balbuceos, son órdenes. La maternidad ha cogido a su progenitora en plena madurez, con 35 años. Es lo que en ginecología conocen como madres tardías, aunque la excepción va a acabar convirtiéndose en la regla. El intervalo comprendido entre los 30 y los 34 sigue siendo el momento mayoritariamente elegido para tener un hijo, sin embargo cobran más protagonismo las mamás que ya han superado estas edades. «Agora que vexo a Sabela arrepíntome de esperar tanto», se lamenta mientras no puede ocultar la felicidad que le provoca sentirse responsable de algo tan pequeño y tan grande al mismo tiempo. Para ponernos en contacto con ella hablamos primero con una matrona. Marisol Santomé, de Moaña. Tan pronto le preguntamos si conocía a una primeriza que respondiera a este patrón, de 35 en adelante, respondió atónita: «¡É que o difícil é o contrario!».
La misma contestación nos dieron en Natalis, un centro especializado en los servicios perinatales. «Cada vez las parejas deciden afrontar la paternidad con una edad más avanzada. No solo las mujeres, también ellos», explicaron. En las clases de preparto Paula se dio cuenta de que, en realidad, no era tan mayor. «A verdade é que me sentín unha máis», reconoce. «Quería ter todo atado, que chegase o momento perfecto, ter a vivenda rematada, un traballo fixo, que a miña parella tamén o tivera, pero agora doume conta de que iso non existe e de que é todo máis fácil», añade. Paula trabaja como dependienta en una tienda de Arcade. Tan pronto termine la baja tendrá que incorporarse a jornada completa. «Cando eres máis xoven queres aproveitar a túa vida, pode parecer un sentimento egoísta, pero é así », apunta. Sobre la posibilidad de ampliar la familia, los porcentajes de un segundo hijo se suelen reducir en estos casos, reflexiona: «Non o descarto, pero agora só podo pensar en Sabela».Por ser trabajadora puede optar a una de las pocas ayudas que concede el Estado. 100 euros al mes o 1.200 al año. En Galicia existe una deducción fiscal de apenas 360 euros anuales para las familias que no superen los 22.000 euros de ingresos. Mientras se pone con los papeleos ya ha recibido su primer regalo por el Día de la Madre. «Si, teño aquí un cupón da ONCE, nunca pensei que algo así me puidera facer tanta ilusión».