Las lecciones que deja WannaCry

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

EXTRAVOZ RED

EDGARDO CAROSÍA

28 may 2017 . Actualizado a las 09:57 h.

Qué tienen en común los piratas informáticos que desarrollaron el virus WannaCry, los hackers y expertos en seguridad que intentaron detener la infección masiva de millones de ordenadores en todo el mundo y el joven de 22 años que logró frenar la extorsión con una irrisoria inversión de 10,69 dólares? Respuesta: todos ellos saben programar código. Es una de las lecciones que nos ha dejado este ataque global con software malicioso que durante varios días mantuvo en jaque a compañías e instituciones de todo el planeta. En los años 80, con el nacimiento de la informática doméstica, muchos colegios empezaron a impartir a sus alumnos conocimientos de los lenguajes de programación más populares de aquella época como COBOL o Pascal; hubo jóvenes y adolescentes que incluso se atrevieron a crear videojuegos y así surgieron algunos hechos en España como Army Moves, Abu Simbel Profanation y La Abadía del Crimen. Esta tendencia se perdió en los 90 con la llegada de Internet y la edad de oro del web browsing -el libre acceso a un mundo infinito de contenidos nuevos y entrelazados-. Y se ha recuperado en la segunda década del siglo XXI gracias a la explosión de las aplicaciones móviles y tiendas como la App Store o la Play Store. Resumiendo: saber programar es hoy tan necesario como saber inglés o tener el carné de conducir. Existen numerosas herramientas para aprender, tanto para niños como para adultos, y los beneficios de saber crear un simple script son enormes, no solo cuando hay un ciberataque.

Por supuesto, otro de los aspectos que ha puesto de relieve el peligroso ransomware es la necesidad de mantener nuestro sistema operativo actualizado y no usar versiones sin soporte oficial. Las recomendaciones de los expertos son claras: configurar una copia de seguridad automática de nuestros archivos; no abrir enlaces ni archivos sospechosos, especialmente si llegan a través del correo electrónico o las redes sociales; desconfiar de los archivos .exe y tener cuidado con las extensiones ocultas; dejar que el antivirus de Microsoft haga su trabajo (en el caso de usar Windows) y descargar algún programa antimalware complementario para detener el virus antes de que contacte con un servidor central y se active (en las empresas), y, finalmente, instalar un antivirus de confianza y mantenerlo totalmente actualizado.

WannaCry también ha sido un toque de advertencia sobre el bitcoin, esa divisa virtual cuyas transacciones son difíciles de rastrear y que era exigida como rescate por los creadores del virus. ¿Quiere decir esto que el bitcoin es la moneda del cibercrimen? En absoluto. Todo depende del uso que se le dé. Como dice Marc Andreessen, diseñador del protocolo de seguridad SSL (Secure Sockets Layer), el billete de 100 dólares se usa más que el bitcoin para pagar el tráfico de drogas y armas en todo el mundo y no por eso es culpable del delito.