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Reciclaje 5.0 da puntos a los usuarios más ecológicos que pueden canjear por sorteos o donarlos para fines sociales
26 nov 2019 . Actualizado a las 16:24 h.Quien recicle más y mejor tendrá un descuento en el pago de la tasa de basura. Es una vieja idea de la que se ha hablado mucho, pero que a día de hoy apenas se ha implantado. Aún quedan retos tecnológicos y legislativos por resolver, aunque el modelo acabará imponiéndose en el futuro. Más que nada porque es una apuesta de la Unión Europea en lo que se conoce como pago por generación. Mientras tanto, un primer paso para convertir el sistema en algo viable y tangible lo acaba de dar TheCircularLab, el centro de innovación y tecnología de Ecoembes, con un programa piloto, incluido dentro del proyecto bautizado como Reciclaje 5.0, que ha implantado en varias zonas de Cataluña y que conecta al ciudadano con el contenedor amarillo mediante el reconocimiento de imágenes, una página web y códigos QR. También cuenta con tecnología incorporada a contenedores y papeleras inteligentes para que el usuario pueda interactuar a través de su móvil con estas infraestructuras a la hora de reciclar y contabilizar así cuántas veces ha depositado correctamente latas y botellas en el recipiente adecuado.
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La experiencia se inició de forma pionera en la comarca de Pla de L’Estany, en Girona, y se ha extendido a las ciudades del área de Barcelona de Igualada, Sant Boi de Llobregat y Granollers. En total son 170.000 ciudadanos los que se han incorporado al sistema. Casi el 10 % de la población se ha registrado en las paginas webs habilitadas para seguir el programa, ya que cada municipio cuenta con una específica. Y el que recicle mejor tendrá premio, aunque en este caso no será una deducción en el impuesto de la basura, porque que se trata de un plan voluntario de concienciación ciudadana. Además, para promover un coste en la reducción en la tarifa sería necesario que así lo recojan las ordenanzas municipales, algo que todavía no se ha hecho.
«No podemos incorporar el descuento en la tasa de basuras porque legalmente no lo podemos hacer. Es un cambio que tendrán que hacer los ayuntamientos», explica Zacarías Torbado, coordinador de proyectos de TheCircularLab.
En las encuestas previas que se realizaron entre los ciudadanos antes de implantar el proyecto para conocer cuáles podrían ser sus incentivos a la hora de reciclar, la mayoría abogaba porque su esfuerzo reciclador se vieran compensado por una reducción en la tarifa de residuos. Pero, a la hora de llevar la experiencia a la práctica, saltó la sorpresa. Los intereses de los ciudadanos fueron otros. «Observamos un cambio en el comportamiento y vemos que ahora priman los incentivos colectivos, porque la gente quiere que los puntos que acumula cuanto mejor reciclen se destinen a beneficios sociales», explica Denisa Gibovic, directora de la start-up Blue Room Innovation que participó en la puesta en marcha del programa.
Mochilas y bicicletas solares
Es decir, los ciudadanos prefieren que el dinero recaudado por su buen hacer, que se obtendría tras un canje de los puntos obtenidos, denominados reciclos, se destinen a fines sostenibles y sociales, como campañas para recogida de juguetes en Navidad o donaciones a Médicos sin Fronteras, entre otros ejemplos. Pero tampoco faltan los ciudadanos que optan por recibir ellos mismos el premio. En este caso, los puntos acumulados les dan derecho a participar en sorteos -quien más tenga más posibilidades tendrá de ganar- de, por ejemplo, mochilas y bicicletas solares o cestas de frutas y verduras de productores locales.
Pero, ¿cómo funciona Reciclaje 5.0, con el que se pretende poner la tecnología al servicio del reciclaje? Primero el ciudadano debe registrarse en una Web App -que no es una aplicación que se descarga con el móvil- que recogerá cada acción de reciclaje que realice. Luego deberá fotografiar cada lata o botella de bebida vacía, haciendo visible el código de barras, que más tarde depositará en el contenedor. Cada recipiente cuenta con un código QR que el usuario deberá escanear con su smartphone al echar la bolsa o envase particular, según sea el caso. En ese momento tendrá que hacer una foto al código QR para identificar su ubicación. A través del escaneado del código QR, los contenedores y papeleras sabrán que una persona ha reciclado. Finalmente, el usuario recibirá en su web unos puntos que podrá canjear.
Este es el modelo que se ha dispuesto para el hogar, aunque también se aplica un modelo experimental, con algunas variaciones, para hacer lo mismo en dos universidades, también catalanas, y en un hospital. En este caso, las recompensas se suelen destinar a financiar proyectos de investigación.
El proyecto tendrá continuidad y el objetivo es ir extendiéndolo poco a poco, al tiempo que se va perfeccionando, a otros puntos de España. «Analizaremos primero los resultados para ver cómo lo hacemos, pero el objetivo es que tenga continuidad», destaca Torbado.