Los nuevos retos de las energías verdes

FAI GALICIA VERDE

La Voz

Las empresas del sector buscan afianzar soluciones y ampliar horizontes en la lucha por la sostenibilidad que ya marca el presente y el futuro

05 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hablar de energías verdes no es un tema de futuro sino de presente. Para intentar despejar algunas incógnitas en el horizonte y marcar la senda a seguir, se reunieron en las instalaciones de La Voz de Galicia los representantes de tres de las empresas claves en este sector. A debate se pusieron objetivos, herramientas y procedimientos, aunque con la voluntad común de luchar por la sostenibilidad.

Luis de Valdivia, CEO de Ecoener, comenzó su intervención dejando claro que su estrategia «siempre ha sido la misma: creemos en la sostenibilidad, creemos en que es necesario adecuar la relación del hombre con la plena conservación de la naturaleza y nos hemos dedicado a ello durante 33 años».

Por parte de Greenalia, María Moreno, directora general adjunta de la compañía, inició su intervención resaltando la transversalidad de su empresa. «Producimos energía exclusivamente a partir de energías renovables y estamos en todas las tecnologías: en eólica terrestre y marina, en fotovoltaica y también en biomasa». También se sumó al debate Raquel Gallardo, gerente sénior de generación distribuida en Repsol, que al igual que sus compañeros quiso recalcar que son «una empresa multienergética» que trata de «ofrecer las soluciones que necesita cada ciudadano en cada momento tanto en el ámbito de la movilidad como en el ámbito del hogar», a través de una amplia gama de energías verdes, como «el desarrollo de biocombustibles, del vehículo eléctrico, del coche compartido y también ejemplos en el hogar».

Preguntados por la situación actual, todos concordaron en que se está viviendo un escenario único. «Es un momento apasionante, se abren campos de trabajo hasta ahora desconocidos», aseguró Luis de Valdivia. El CEO de Ecoener constató que «hay una realidad que es que el medio ambiente está amenazado seriamente en el mundo y esto nos obliga a redefinir nuestro modo de vida». «Antes, la sostenibilidad era una utopía, pero ahora es una urgencia y esa urgencia nos hace vivir de un modo muy apasionado lo que estamos haciendo», concluyó Valdivia. María Moreno se mostró de acuerdo con las reflexiones del representante de Ecoener reconociendo que «es un momento apasionante con muchísimos retos, hay objetivos a nivel europeo, a nivel nacional, a nivel comunitario y a nivel empresarial». En la misma línea se mostró Raquel Gallardo. La portavoz de Repsol quiso animar a que cada uno ponga «su granito de arena para ser protagonistas en la transición energética».

«La implantación de las energías renovables tiene que ser completamente compatible con el cuidado del patrimonio natural, cultural y paisajístico», María Moreno

Las empresas citadas quisieron hacer un balance de la implantación de modelos energéticos como el de los parques eólicos. María Moreno no quiso obviar «el trabajo que se ha realizado hasta la fecha que hace que a día de hoy el 70 % de la energía producida en Galicia provenga de fuentes renovables», aunque también mostró su inconformismo con la situación. «Creemos que Galicia tiene aún más potencial para instalar más parques eólicos y poder contribuir a ese objetivo global», comentó la representante de Greenalia. Sin embargo, quiso añadir que desde su empresa sostienen que «la implantación de las energías renovables tiene que ser completamente compatible con el cuidado del patrimonio natural, cultural y paisajístico. Es algo que todas las empresas involucradas en el sector tenemos que tener muy presente y hay que trabajar en ello de manera muy activa, con todas las herramientas que tengamos junto con las Administraciones competentes. Se puede aumentar la instalación de megavatios eólicos cuidando todo el patrimonio gallego», aclaró.

«En Ecoener contemplamos con preocupación la excesiva proliferación de parques eólicos», Luis de Valdivia

Luis de Valdivia también hizo una valoración positiva de la implantación de parques eólicos en la comunidad, pero también mostró inquietudes sobre el tema. «En Ecoener contemplamos con preocupación la excesiva proliferación de parques eólicos», anunció, dejando claro que «lo que no puede significar la eólica ni ninguna energía es que por salvar al medio ambiente perjudiquemos al medio ambiente». Es por este motivo que quiso mostrar sus reticencias a «esa selva de proyectos que hay encima de la mesa en estos momentos».

Pero además de la eólica terrestre, desde las tres empresas quisieron aportar otras alternativas a la producción energética verde. «Hay que desarrollar más bombeos hidráulicos, hay que hablar de baterías, de posibilidades de almacenamiento en antiguas minas», analizó Luis de Valdivia. María Moreno, por parte de Greenalia, quiso defender el potencial de la eólica marina u offshore. «Las centrales térmicas de carbón ya sabemos el fin que van a tener a corto plazo y, por tanto, es necesario sustituir esa potencia instalada por tecnologías que tengan unos factores altos, como la energía eólica marina», apuntó Moreno, que resaltó las posibilidades que le ofrece este modelo a Galicia por su situación geográfica. La portavoz de Greenalia también quiso poner en valor la biomasa. «Nosotros tenemos una planta de 50 megavatios en Curtis que también ayuda y aporta la estabilidad al sistema que va a necesitar», concluyó.

Raquel Gallardo, de Repsol, puso el objetivo en los múltiples retos que hay por delante. Para la multinacional, una de las claves pasa por «liderar esa transición combinando el uso de las energías tradicionales, que cada vez tienen que ser más verdes». Para ello, buscan «producir energías con una huella de carbono baja o incluso nula» y sus herramientas pasan por transformar «nuestros centros industriales, convirtiéndolos en complejos multienergéticos» y apostar también por «proyectos relacionados con la producción de hidrógeno a partir de residuos, fomentando la economía circular», como el que están llevando a cabo en la refinería de A Coruña.

Raquel Gallardo, gerente sénior de generación distribuida en Repsol (izquierda), María Moreno, directora general adjunta de Greenalia (centro) y Luis de Valdivia, CEO de Ecoener (derecha), durante la mesa redonda
Raquel Gallardo, gerente sénior de generación distribuida en Repsol (izquierda), María Moreno, directora general adjunta de Greenalia (centro) y Luis de Valdivia, CEO de Ecoener (derecha), durante la mesa redonda VITOR MEJUTO

Sinergias como única vía para conseguir los objetivos

La firma del acuerdo 2030 está suponiendo para los países de la ONU un cambio en sus políticas para conseguir un desarrollo más sostenible. Como enuncia el Gobierno, con estos objetivos se «pretende avanzar hacia sociedades con un crecimiento económico inclusivo y mayor cohesión y justicia social, en paz y con un horizonte medioambiental sostenible».

Sobre la consecución de estos desafíos, Raquel Gallardo afirmó sin titubear que «estamos en el camino». «Nosotros, desde luego, estamos comprometidos con la agenda y con la transición energética y tenemos muy claros cuáles son los objetivos donde mayor impacto podemos tener y es ahí donde estamos poniendo los mayores esfuerzos», continuó exponiendo. Luis de Valdivia concordó con Gallardo y sostuvo que «estamos trabajando duro». Sin embargo, también cree que «hay una cosa que hay que tener muy clara. Para bien o para mal, estamos en un momento en el cual o cambiamos nuestro modelo de relacionarnos con el medio ambiente o vamos a tener problemas muy serios, problemas no gestionables» y llamó a la «responsabilidad personal para implantar todas aquellas cuestiones que sean necesarias para cambiar ese modelo de relación con el medio natural».

«Es fundamental hacer protagonistas a los ciudadanos para que puedan formar parte de la transición energética», Raquel Gallardo

María Moreno también se mostró optimista y cree que se alcanzarán las metas de la agenda 2030, «pero no podemos dormirnos ninguno de los actores involucrados en este objetivo», apuntó. Para ella, el Estado debe «continuar con un marco regulatorio estable para que los inversores se vean atraídos por el mercado español», mientras que a las empresas «nos toca la excelencia, avanzar con proyectos muy sólidos que sean compatibles con el medio natural, cultural, el paisaje, las poblaciones y las personas», concluyó. Además del sector público y privado, Raquel Gallardo ve fundamental la implicación de la población. «Es fundamental hacer protagonistas a los ciudadanos para que puedan formar parte de la transición energética, para que puedan aportar y podamos ayudar a la sociedad a evolucionar hacia un modelo más sostenible», comentó.

Para estos objetivos tan ambiciosos, las empresas enunciaron sus estrategias. Por parte de Greenalia, María Moreno quiso dejar claro que para ellos «todos estos objetivos que nos marcamos tienen que ir de la mano siempre de crecer de una manera sostenible y de la gente de los sitios en los que nos implantamos». La directora general adjunta de la compañía aseguró que intentan «conocer, en la medida de lo posible, las preocupaciones o las necesidades de las áreas donde nos implantamos y poner ahí nuestro granito de arena, porque al final tenemos claro que todo esto tiene que ser de manera conjunta y no puede ser algo unilateral».

Desde Repsol, Raquel Gallardo quiso hacer hincapié en que la empresa lleva «varios años desarrollando diferentes tipos de soluciones que pretenden acercar la energía renovable a todo tipo de ciudadanos, independientemente del lugar donde residan, de si viven en núcleo urbano o rural». Para ello, desde la multinacional enunciaron algunos de los productos de su catálogo, como «el autoconsumo individual a través de placas solares en el tejado de la vivienda» o, de no tener la posibilidad por vivir en un edificio, «un modelo pionero en España que es el de comunidades solares». Según Gallardo, esto «permite acercar la generación al punto de consumo, instalando placas solares en cubiertas y tejados dentro de un núcleo urbano a las que se pueden conectar los ciudadanos que estén en un radio de 500 metros». En Galicia ya está activa la primera comunidad solar de Repsol Solmatch en la estación de servicio de Elviña y desde la empresa aseguran que «ya se está trabajando en más de 70 proyectos conjuntamente con los propietarios de distintos tipos de inmuebles». Con esta oferta, Raquel Gallardo reconoció que «buscamos que cada ciudadano, con sus características, necesidades e intereses, pueda tener una solución u otra».

La lucha por buscar el equilibrio en la producción energética

Uno de los principales retos a los que se enfrenta Galicia en este nuevo modelo de producción energética es la estabilidad. Así lo reconoce Luis de Valdivia. «Ahora podemos estar en máxima producción y en media hora podemos estar a cero, eso genera caídas en la red, así que entonces debemos equilibrar esa generación y para eso hay que buscar sistemas de almacenamiento que den estabilidad», comenta el CEO de Ecoener. En su misma línea opina María Moreno, de Greenalia: «Al final se produce energía eólica cuando hay viento y energía fotovoltaica cuando hay sol. Necesitamos algo que estabilice el consumo con la producción». Para ella, una de las claves radicará en la «eólica offshore, que va a tener un papel muy importante en la generación en este país». En este sentido, Moreno cree que «habrá un avance seguro en las tecnologías de almacenamiento». También esperanzado se muestra de Valdivia, que opina que hay «muchas soluciones posibles que nos permitirán que la energía que se genere en Galicia no sea intermitente».