Todos los miércoles, Marina Fraga, una valdoviñesa de 66 años que vive en Ferrol, coge carpeta y bolígrafo para ir a clase. No es que se haya matriculado en la Universidad. Ni que quiera aprender idiomas. Marina va a clase para ser mejor abuela. Así, como lo oyen. Junto a ella, otras veinticuatro personas asisten a las dos Escuelas de Abuelos Educadores puestas en marcha este año en Ferrol por la sede naronesa de la Cruz Roja . Una de ellas -a la que asiste Marina- funciona en las Aulas de la Tercera Edad de la calle Galiano, y la otra abre sus puertas en el colegio A Laxe de Valón . Allí tratan temas muy diversos: desde cómo tratar a un niño en plena rabieta hasta hábitos de higiene y alimentación, pasando por cuestiones relacionadas con las normas y límites que los mayores deben poner a los niños o recetas para subir la autoestima. Marina lleva asistiendo a las clases desde el pasado mes de enero y asegura que está «encantada». Confiesa que tiene un carácter fuerte y que a veces le podían los nervios cuando intentaba meter en vereda a sus dos nietas: Sara, de 3 años, y Noelia, de 13. «Ahora afronto las situaciones con mucha más tranquilidad y seguridad y noto que la relación con las dos ha mejorado muchísimo», me cuenta satisfecha Marina. Además, hay otra cosa de las clases que le parece que no tiene precio: el contacto con otros abuelos. «Compartir experiencias es fabuloso», asegura.
La Escuela de Abuelos de la Cruz Roja no es algo que se acabe de inventar. El programa echó a andar en el año 2006, con la ayuda de la Fundación Inocente Inocente y la colaboración del Concello de Narón , y desde entonces, un total de 114 abuelos de la comarca han participado en las diferentes escuelas que se han puesto en marcha en Ferrol, Fene, Ares y Valdoviño. Las clases se desarrollan a lo largo de once sesiones semanales -de una hora y media de duración cada una de ellas- y, al terminarlas, existe la posibilidad de que sus alumnos formen grupos de autoayuda. «Se trata de que ellos se sigan viendo, compartiendo experiencias y valorando su papel como abuelos», explica Maribel Viñas , que se encarga de las clases junto a la psicóloga María Blanco . Para Maribel, trabajar con estos alumnos ya entrados en canas es una auténtica satisfacción. «Están muy abiertos a todo lo que se les dice; su actitud es estupenda», afirma la profesora. Si les gusta el proyecto y quieren participar, apunten este número: 981 397 275. Allí les informarán.
Y de niños también sabe mucho Miguel Pérez Quintela , el presidente de la Asociación Gallega de Trasplantes Airiños . Tiene un porrón de nietos y confiesa que los adora. Pero Pérez Quintela también tiene otra pasión: concienciar a la gente sobre la importancia de donar sus órganos. Ayer me lo encontré haciendo campaña en el campus de Ferrol junto a Abelardo Sánchez , el vicepresidente de la agrupación. Los dos montaron el tenderete en la Facultad de Humanidades y allí se pasaron toda la mañana para repartir información entre los alumnos. Sánchez me explicó que la campaña no ha hecho más que comenzar: el próximo día 26 estarán en Relaciones Laborales y en días posteriores les tocará al resto de los centros universitarios. Para convencer, basta con escucharlos. Miguel cuenta que si no está muerto es gracias a la generosidad de alguien que, hace ya seis años, le regaló un pulmón. Abelardo lleva cinco años trasplantado del hígado. Dice que vive «de maravilla» y que aquella experiencia le hizo abrir los ojos. «Ahora vivo por y para informar a la gente de todo el bien que pueden hacer si donan sus órganos», asegura. A mí, desde luego, no hace falta que me digan más. ¿Y a usted? Si aún tiene dudas, preste atención a lo que dice Abelardo: «Es algo que no cuesta nada y da vida». Si ya está convencido, marque este número 981 542 863.
Y para mirar, un pequeño apunte glamuroso. Les cuento. Resulta que a la habitual troupe de famosos que cada año se deja ver por Equiocio - Paloma Lago , Belinda Washington y Luis del Olmo - se van a sumar este año dos nuevos rostros conocidos. El de la actriz Isabel Blanco y el del actor y director Carlos Iglesias . Los dos compartieron pantalla en Un franco, 14 pesetas -aquella tierna película sobre la emigración española en Suiza- y a los dos podremos verlos muy pronto luciendo palmito por las calles de Ferrol. Me han soplado que los van a pasear en limusina.... ¿Y a caballo?