Llega a las librerías «El lejano reino de la Vía Láctea», última novela del ciclo
13 may 2013 . Actualizado a las 01:54 h.A Ramón Loureiro (Santa Mariña de Sillobre, Fene, 1965) no le gusta nada el término Trilogía de Escandoi, acuñado por los críticos literarios para referirse a un proyecto al que él le ha dedicado casi una década de trabajo. «No me gusta llamarle así, Trilogía de Escandoi -explica Loureiro, en un tono que deja entrever con total claridad la ironía-, porque Escandoi, ese espacio de ficción que de alguna manera se corresponde con mi Sillobre natal y con todo cuanto puede abarcar desde allí la vista, pero cuyos límites se expanden de una manera muy extraña a veces, no es el único territorio de estos libros. Las galeras de Normandía, León de Bretaña y esta novela nueva, El lejano reino de la Vía Láctea -comenta el escritor- se desenvuelven en un territorio bastante más extenso».
«Es un territorio -continúa- en el que los mapas tienen tendencia a quedarse obsoletos, y que se corresponde con la Galicia do Norte, la que tiene su corazón espiritual en la Terra Chá y sus dos capitales, como la diócesis, en Ferrol y Mondoñedo. Por eso yo he preferido llamarle Trilogía del Norte. ¡Y creo -añade Loureiro, riendo- que estoy en mi derecho...!». El grupo editorial EDAF, con especial presencia en países como Argentina, México, Chile, Puerto Rico y por supuesto España, pondrá mañana a la venta, a ambos lados del Atlántico, la nueva novela de Loureiro.
«Las galeras de Normandía -comenta su autor- era la novela de la derrota como condenación, de la esperanza frustrada. León de Bretaña, la de la resurrección de entre los muertos. Y El lejano reino de la Vía Láctea, por fin, el libro de lo que existe por sí mismo en el imperio de los sueños. Casi, o sin casi, un sepulcro de papel».
Periodista de La Voz, académico de número de la Academia de San Rosendo y escritor, Ramón Loureiro ha sido jurado del Premio Nacional de Literatura y del Premio Nacional de la Crítica. Su obra literaria ha recibido numerosos premios y reconocimientos tanto en España como en Portugal.
«Los que importan son los libros. Y mantener viva en la literatura, como en el periodismo -dice Loureiro-, la vocación de tener los ojos muy abiertos. No tengo vocación de personaje público -bromea-. Mi territorio natural es la niebla».