Los servicios de salvamento de las playas comienzan las semanas de más trabajo
10 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque mucha gente aún no está de vacaciones, con la llegada de los primeros días del calor del verano las playas comienzan a recibir visitantes. En Ferrol hay arenales para todos ellos: más familiares, frecuentados por gente joven, propicios para los deportes de agua… Y en todos el trabajo de los servicios de socorrismo es fundamental.
En los últimos años, su labor ha ido enfocándose más en prevenir los riesgos y en concienciar a los bañistas de los peligros de la playa: «El mejor rescate es una buena prevención, la gente ahora es más consciente de dónde está», indica Ángel Mosquera, socorrista en San Xurxo con 12 años de experiencia. Para él y su compañero Luis Rodríguez, la clave está en que «la gente llega a la playa y se relaja, no percibe el peligro». Esto es especialmente notable en el caso de bañistas que no conocen la zona y no son conscientes de los riesgos a los que se exponen. Rubén Martínez, que lleva ocho años vigilando San Xurxo, puntualiza que «o 90 % dos rescates son de xente de fóra».
Pero, ¿cómo se reparte el trabajo el servicio de socorrismo en un día de mucha afluencia? En la otra parte del arenal, en la playa de Esmelle, Jorge Sanmartín indica que «establecemos quendas para baixar á beira da auga mentres outros compañeiros vixían dende a caseta». En una zona como esta, con tantos bañistas y unas corrientes tan fuertes, este reparto es clave para mantener una vigilancia efectiva.
Menos visitada es la playa de Santa Comba, aunque «estes dous últimos anos cada vez se ve máis xente». Esto observa Pablo Pita, que lleva casi 5 años ejerciendo en este arenal. Muy visitada por deportistas, destaca que estos son quienes sufren más riesgo de tener un accidente: «o xoves un rapaz rompeu un tobillo facendo kitesurf, pero é unha praia que non ten moitas incidencias». Y es que todos coinciden en que las playas con más accidentes son las más concurridas y no necesariamente las que más sufren el trabajo de viento y corrientes.
Luego, cada playa entraña sus propias dificultades. Precisamente en el caso de Santa Comba los socorristas se quejan de la mala cobertura para los walkie-talkies: «Baixas á area e quedas incomunicado, non podes falar cos compañeiros da caseta». En el caso de San Xurxo, la afluencia es muy familiar, pero también reciben mucho turista extranjero que tiende a «no mirar banderas, ni corrientes ni nada».
Todos ellos coinciden en que el suyo no es un trabajo bien considerado. Para Rubén Martínez: «Los vigilantes de la playa hicieron mucho daño, hay quien piensa que esto es un trabajillo veraniego y no nos ve como una autoridad». En San Xurxo destacan: «Faltan recursos humanos, donde antes éramos 4 ahora solo somos 3».